11 marzo 2022

Antonio Lago, pintor (1916-1990). Una visión personal

Julio Sánchez Mingo

A Jeannine y Antonio, in memoriam

 


En la vida, el éxito o el fracaso dependen de la percepción de cada cual, de la propia exigencia, de las metas autoimpuestas. Cualquiera puede sentirse fracasado aunque a ojos del mundo sea un personaje de éxito. Influyen mucho en esas valoraciones, propias o ajenas, los criterios y escalas de valor personales. La felicidad debería ser nuestro principal objetivo y, cuando se alcanza, podremos considerar que hemos triunfado. Las expectativas de un labrador no son las mismas que las de un banquero y conozco a algún hombre del campo de sonrisa permanente y a grandes financieros amargados. Generalmente somos insaciables y muchas veces nos sentimos frustrados aunque hayamos conseguido grandes logros.

Antonio Lago, pintor, nació en Coruña en 1916. Estudió en la Escuela de Artes y Oficios de su ciudad natal y en Madrid, en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, becado por la diputación coruñesa. Con posterioridad fue pensionado en París por el gobierno galo, donde coincidió de nuevo con Guerrero. Juntos expusieron en 1946 en la galería Clément Altarriba de la rue du Bac, gracias a la ayuda de Jaume Sabartér, secretario de Picasso. Perteneció al grupo de la llamada Joven Escuela Madrileña que entre 1945 y 1949 mostró sus trabajos en la mítica galería Buchholz del paseo de Recoletos, 3. Inicialmente estuvo formado por Palazuelo, Guerrero, Valdivieso, Pascual de Lara, Juana Faure, Delgado, el escultor Ferrerira y el mismo Lago.


No hizo otra cosa en su vida que dibujar y pintar, lo que le gustaba y llenaba, la vocación que lo atrapó desde jovenzuelo. Austero y muy mañoso, él se preparaba los lienzos aplicándoles blanco de España y cola de conejo y montaba los bastidores cortando los listones de madera que compraba al por mayor, al igual que hacía con las molduras de los cuadros. Muy metódico y constante, trabajaba en su estudio desde el amanecer. En verano, cuando estaba en su casa de campo de Altea, interrumpía la tarea después del mediodía para bajar a horcajadas de su icónica mobylette a darse un baño en el Mediterráneo. Después de comer se recostaba en la cama y, en lugar de dormir la siesta, dibujaba o escribía cartas que muchas veces ilustraba. Se casó con mi añorada amiga la francesa Jeannine Escande en 1951 y se instaló en París, realizando a partir de los años 60 largas escapadas al sol de Altea. Tenía su vivienda taller en el 162 de Boulevard Montparnasse, a dos pasos de la legendaria La Coupole, en la misma acera. Se integró en el grupo de pintores españoles residentes en la capital francesa. Era costumbre entre ellos intercambiarse cuadros de pequeño formato. En el sobrio comedor de su casa de Altea lucía con orgullo trabajos de varios de ellos, entre los que destacaban un peinado y un paisaje al óleo de vivos colores de Viñes, mi preferido de aquellas paredes repletas de arte. Sus maneras se transformaron a lo largo de los años, desde el academicismo del período de Cuenca, hasta la etapa expresionista y burlesca de sus últimos años, pasando por la abstracción de los 50 o la fase de gran lirismo y delicadeza de sus paisajes y figuras, que yo denomino evanescentes, de los 60 y 70. No sucumbió nunca a la tentación de perpetuarse en un cierto estilo, por mucha aceptación que tuviese, como hacen otros artistas por motivos comerciales. Un breve resumen de su evolución artística puede leerse en el artículo a él dedicado en el Diccionario Biográfico de la Real Academia de la Historia. A finales de 1956, los promotores del grupo El Paso le propusieron que se incorporara al proyecto. Pero había que aportar fondos para patrocinar las actividades de lanzamiento del colectivo, por lo que rechazó el ofrecimiento. Bastante tenía con sufragar la comida de su familia —mujer y dos niños muy pequeños y la compra del carísimo material de bellas artes para sus cuadros. Cómo para embarcarse en una aventura incierta, que a la postre resultó un éxito y fue fundamental en el desarrollo del arte español de la segunda mitad del siglo XX. En los últimos 60 y parte de los 70, los Theo, Elvira González y Fernando Mignoni, fueron sus galeristas en España, a los que dejó por discrepancias sobre la exclusividad universal de la venta de sus pinturas, para respetar sus compromisos previos con los marchantes y galerías parisienses que comercializaban sus creaciones. Agustín Rodríguez Sahagún, empresario, editor de libros de arte Ibérico Europea de Ediciones, propietario de la Galería Altex, político, ministro de Industria, Defensa y alcalde de Madrid, fue su marchante en los años 80. Ambos fallecieron en París. Lago en 1990, a causa de un tumor cerebral, y Sahagún en 1991, en el posoperatorio tras haber sido intervenido de una cardiopatía. Expuso infinitas veces, de forma individual y colectiva. Obras suyas cuelgan de las paredes del Museo de Bellas Artes de Coruña, del Reina Sofía y de otras prestigiosas pinacotecas. Era muy admirado por los otros artistas, que reconocían su gran valía pictórica. Recuerdo que en la inauguración en 1980 de la exposición Neofiguración Española en París en la sala Kandinsky de Madrid, Agustin Úbeda, Redondela y José Ortega se dirigían a él con veneración, como a un maestro. Con qué cariño Valdivieso hablaba de él y qué afecto se dispensaban reciprocamente. Batiste San Rok, un notable pintor local de Altea fue, en cierto modo, su discípulo, al que orientaba y aconsejaba con cariño paternal. Para Batiste, Antonio era su gran referente artístico y, en lo personal, como un hermano mayor. Pepe Jardiel (José Paredes Jardiel), el gran triunfador de la XXXII Bienal de Venecia (1964), me decía que, dada la pericia de Lago en la aplicación de la pincelada en sus paisajes y figuras evanescentes de los años 60 y 70, se podía apreciar la cagada de una mosca sobre la sutil capa pictórica. En sus escritos, un crítico como José María Moreno Galván se deshacía en elogios a la calidad del artista gallego. 

Lago tenía un sueño que no logró: un broche de oro a su carrera, un gran reconocimiento público a su trayectoria profesional. Deseaba que organizaran una muestra antológica de sus obras en las Salas de Exposiciones de la Dirección General de Bellas Artes, en la planta baja de la Biblioteca Nacional de Madrid. Algo que sí obtuvo su colega parisino Xavier Valls y también consiguió, en cierto modo, su amigo José Guerrero, de forma póstuma, con la exposición que le dedicó el Reina Sofía en 1994, al poco de su inauguración. Rechazó realizar esa antológica en el MEAC (Museo Español de Arte Contemporáneo) de la Ciudad Universitaria su amigo el arquitecto José Luis Fernández del Amo había sido el impulsor y director del centro con anterioridadpor considerarlo un lugar inapropiado para contemplar sus trabajos. Rafael, también arquitecto e hijo de éste, ensalzó la figura de Lago al referirse a él como pintor grande en la necrológica de Valdivieso que publicó en el diario El País. Yo creo que le hubiera gustado ser considerado en el olimpo del arte español al nivel de un Tapies o un Saura uno de los miembros de El Paso. Méritos artísticos no le faltaban. Evidentemente, ello también le hubiera comportado multiplicar sus ingresos. Siempre vivió de la venta de sus creaciones y acumuló un notable patrimonio. Un auténtico privilegiado en el mundo de la pintura. 

Hay un Lago secreto y excelso. Lo mejor de su producción se lo reservaba para sí, no lo mostraba a marchantes y galeristas, lo sustraía a su posible comercialización. Pocas personas, contadas con los dedos de una mano, accedieron a contemplar esas maravillas. En sus últimos años, uno de sus hijos también apartaba magníficas piezas para él. Nunca he vuelto a verlas, ni las unas ni las otras. No sé cuál habrá sido su destino. No aparecen ni en galerías ni en subastas. 

Hace unos días, su otro hijo se quejaba con amargor de que la obra de su padre está muy depreciada, que pagan muy poco por sus trabajos, como si su baja cotización actual supusiera un descalabro. Un producto, por muy bueno que sea, hay que saber venderlo, hay que moverlo y promocionarlo de forma constate, lo que conlleva tiempo y esfuerzo. Con los artistas y su producción sucede lo mismo.

Antonio Lago es ahora, a más de treinta años de su desaparición, un pintor de culto, cuya calidad y buen hacer trascienden mucho más allá de las valoraciones del mercado del arte. Muy afortunado será el amante de la pintura que hoy día consiga un óleo de su etapa evanescente o uno de sus coloridos gouaches como los que atesoraba su amigo Enrique Martín en su casa de Argüelles.


 

 

05 marzo 2022

La tribu de Leví

Argimiro Rubio Cuadrado


A las castas sacerdotales de todas las sociedades y culturas les gusta la liturgia, la repetición de gestos y ceremonias que celebran con unción y solemnidad impostada, mucha solemnidad, en lugares expresamente dedicados a ello, los templos. Se visten, además, con ropajes que a la vez les identifican y les distinguen de la gente común. También usan una jerga propia, solo para iniciados, y se autoproclaman los elegidos para intermediar entre la divinidad y el pueblo:

He aquí, yo he tomado a los levitas de entre los hijos de Israel en lugar de todos los primogénitos, los primeros nacidos entre los hijos de Israel; serán, pues, míos los levitas”. 

La Biblia, Antiguo Testamento, Números 3.12

La posición de los levitas en el campamento de las Doce Tribus de Israel fue siempre estratégica, ya que el Señor les ordenó vivir alrededor del Tabernáculo y solicitó que solo los miembros de esa tribu se dedicasen a su servicio en exclusividad. Dada su condición sacerdotal y responsabilidades en lo concerniente a decisiones de naturaleza política, los miembros de la Tribu de Leví constituían un grupo diferenciado del pueblo de Israel pero, a su vez, respetado por el mismo” (Wikipedia).

Los levitas no desaparecieron con la conquista de Israel y la destrucción del templo de Jerusalén por los romanos, sino que aún habitan entre nosotros, son los sacerdotes de cualquier religión, ya sea pagana, cristiana, musulmana, sintoísta o animista. Ahí siguen, administrando el más allá en el más acá, repartiendo admoniciones a la sociedad y tratando de controlar las conciencias con más empeño que éxito, afortunadamente.

Pero esos no son la única tribu de levitas en las sociedades, sino que hay otros igual de perniciosos que, sin ser estrictamente religiosos, muestran las mismas características: ritos, ropajes, jerga propia, solemnidad impostada, un lugar propio para sus ceremonias y la potestad de decidir sobre vidas y haciendas: son los jueces, o mejor diríamos la casta judicial.

A la casta de los levitas del Antiguo Testamento se pertenecía por linaje, a la de los nuevos levitas casi no es raro encontrar a miembros de varias generaciones que pertenecen o han pertenecido a la casta—. Pero no hagamos más demagogia de la estrictamente necesaria, porque a esta casta de nuevos levitas se ingresa por oposición, una de esas muchas oposiciones que existen para ocupar un cargo en la Administración, solo que ésta, al parecer, es diferente.

Pongamos un estudiante cualquiera que, como otros muchos, se licencia en Derecho, pero en vez de dedicarse a ganarse la vida asesorando a empresas o a personas, defendiendo o pleiteando por cuenta de sus clientes, decide hacer una oposición a juez. De cualquier otro profesional que te preste un servicio, incluidos los licenciados en Derecho, puedes decir públicamente, si fuera el caso, que es incompetente, vago, sinvergüenza, venal o cualquier otra miseria intelectual o moral que le adorne, pero cuidado con decirlo de un licenciado en Derecho que haya aprobado la oposición a la judicatura, porque podrás llegar a incurrir en desacato en España, no en todos los países y sufrirás las nada leves consecuencias de ejercer tu libertad de expresión y, lo que es peor, probablemente no habrá ni un solo colega de tan despreciable sujeto que alce la voz para defenderte y para señalar que el tal colega es indigno de ostentar la condición de juez.

Es como si el día en que sus nombres aparecen en el BOE confirmando el nombramiento, una lengua de fuego descendiese sobre sus cabezas y les infundiese claridad de juicio, probidad y omnisciencia para juzgar sobre cualquier asunto. Pero, ¡ay!, yo no creo en los prodigios. ¿Y ustedes?

 

03 marzo 2022

Vladimiro

Juan Sánchez Martín

Con mis mejores deseos de paz


Vladimiro, ¿tú eres tonto o qué? ¿No te das cuenta de la que has montado? ¿Estás mal de la cabeza? ¿No eres consciente de que vas a terminar mal, que uno de tus esbirros te va a poner polonio en el café con leche del desayuno? Ya no hay suficientes ataúdes para repatriar los cuerpos de los soldados rusos muertos por tus delirios expansionistas. Pobre pueblo ruso: siglos de esclavitud bajo los despóticos zares, la Gran Guerra, la Revolución, las purgas de Stalin, la invasión nazi, la II Guerra Mundial, la dictadura de la Nomemklatura, tu beodo antecesor y ahora tú y tus oligarcas, esquilmando el país para compraros yates y casoplones en Londongrado. ¿Qué ha hecho para merecer todo esto? ¿Y ahora te cebas con los pobres ucranianos? ¿Por qué? No me vengas con excusas infantiles, banales y nada creíbles, que no somos tontos. ¿No tuvieron bastante con las hambrunas del Holodomor y con la radioactividad de Chernóbil, que ahora se puede repetir aumentada en Zaporiyia? Arruinas un pais, causas miles de muertos, cientos de miles de desplazados y refugiados, separas familias, destruyes lo inimaginable, nos pones a todos al borde del abismo nuclear. ¿para qué? Acuérdate de tu hermano muerto en el cerco de Leningrado. Ahora las madrecitas rusas, cada vez más pobres, llorando ante los cuerpos sin vida de sus hijos y nietos, unos tiarrones hasta hace unos pocos días en el esplendor de su juventud. ¿No te queda nada de humanidad? ¿Dónde quieres llegar? Tu amoralidad y tu frialdad me espantan. Te sientes grande y poderoso pero eres un codicioso acomplejado, incapaz de hacer feliz a la gente, que se ve impelido a arrasar con todo.

Maldito seas. Espero que ardas en el fuego eterno.


25 febrero 2022

Malas noticias

Roberto Omar Román

 

Archivo Casasola. Fototeca Nacional. INAH (México)

La inesperada visita de los tíos, después de dieciocho años, sorprende al matrimonio Ancira. Toñito, su hijo, saluda de mala gana a los visitantes y se escabulle.

Ay, hombre, fatiga llegar a tu casa.

Sí, tía. Nos alcanzó para comprar en esta hondonada. Las casas sobre la vialidad son para los ricos.

Es verdad, sobrino agrega bonachón, el tío. Los pobres cada vez vivimos más abajo, como en una tumba.

Durante la afable plática en la sala surgen nombres de amigos de la niñez, noviazgos de juventud, parientes prósperos, nacimientos impensables y defunciones inesperadas. La nostalgia de cálidos veranos y serenatas de otoño en el rancho les hace suspirar. Están de acuerdo, el sol es más abrasivo y la luna menos inspiradora en la ciudad.

Toñito en la azotea entrechoca trebejos de cocina y cacharros, corre y resopla imitando el traqueteo de una locomotora. Uh-uh, chu-cu chu-cu chu-cu chu-cu chu-cu, uh-uh. Los tíos celebran jocosos lo ocurrente e impredecible de sus traviesos juegos.

A eso de las seis, un nubarrón grisea la habitación, ceniza los semblantes de los conversadores. Las frases parecen rebotar en sus oídos y se miran como siluetas a través de un velo de agua. El tío, sereno, consulta su reloj: un modelo arcaico, una lata de VapoRub repicando los segundos a ritmo de maraquita de feria. La tía se pone hosca. Hay malas noticias. El descarrilamiento de un tren, hoy.

Estuvo feo, sobrinoslos cascados rieles se sumieron, el puente ya estaba muy viejo…

La tía describe con gestos teatrales los metales chirriantes, el humo oloroso a sangre y asfalto chamuscado, los aceros encabritados embistiendo los cuerpos de los viajeros, los ¡Dios mío! de los malheridos, el hedor del silencio…

El escandaloso, insoportable Uh-uh, chu-cu chu-cu chu-cu chu-cu chu-cu, uh-uh de Toñito rebana, tritura las palabras del relato. Los sobrinos deben acercarse a los tíos para escucharlos. Huelen, no sin repugnancia, su aliento fétido, su piel macilenta.

Uno de los vagones agrega el tío, lúgubre cayó sobre una casa, aplastó a una familia… Ni modo, ya les tocaba.

La tía asiente, compungida. Se santigua. Llora.

¿A qué hora? – musita en un hilo de voz el sobrino.

La sobrina siente escalofríos, corre a mirar por el ventanal. Grita. Un vertiginoso montículo oscurece sus pupilas.

El tío señala su reloj, silenciado, y responde.

A ésta.

 

18 febrero 2022

Entrevista a Pedro Sánchez

Cuestionario remitido al presidente del Gobierno

 Julio Sánchez Mingo

03-02 2022 Cartel abandonado sobre la cerca de una finca ganadera en Rascafría (Madrid). J. S. M.


Pregunta. Hay gente que le considera una mala persona. ¿A qué cree que es debido?

P. ¿Por qué no resulta simpático cuando trasluce que trata de serlo?

P. Su trayectoria académica, profesional y política, hasta alcanzar el poder, no fue relevante. No me quito el currículum de Mario Draghi de la cabeza, a pesar de sus muchos errores y, también, aciertos. ¿No debería ser siempre el candidato a presidente del Gobierno alguien con óptima formación y una larga e intensa experiencia, con un vasto y sólido bagaje?

P. ¿Cómo es posible que los votantes de Madrid tiraran piedras contra su propio tejado Sanidad y Educación y prescindieran de una persona de la talla intelectual, profesional y política de Ángel Gabilondo, en beneficio de alguien con una hoja de servicios paupérrima como Ayuso? ¿Se vota más con las vísceras que con la razón? Por sus hechos los conoceréis, dice el Evangelio. En la era de la comunicación, ¿importa mucho más lo que se dice y cómo se dice que lo que se hace y cómo se hace?

P. ¿No resulta usted muchas veces demasiado cortante y suficiente?

P. ¿Padece del síndrome de Hubris?

P. La gestión de la pandemia ha sido un caos, con cada actor político, judicial y sanitario opinando y haciendo a su manera. ¿Ha puesto ello de manifiesto que nos hemos dotado de unas estructuras complicadas, ineficaces, que no dan respuesta a las necesidades reales del conjunto de la ciudadanía?

P. Por concepto, no hay nada más antidemocrático que una monarquía. Las bases de su partido son mayoritariamente republicanas. ¿Por qué usted y los otros dirigentes socialistas apoyan esa forma de estado?

P. Ofrecen unas cifras de crecimiento razonable, aumentan las cotizaciones a la seguridad social, disminuye el desempleo, se baten registros de recaudación de impuestos, logran la cuadratura del círculo con el consenso de empresarios y sindicatos a su reforma laboral, las transferencias a las CCAA de fin de año llevaron al superávit de éstas… ¿Por qué se venden usted y su gobierno tan mal?

P. La deuda no cesa de crecer. Para muchos nos lleva a la ruina. ¿Nos estrellaremos?

P. La reforma de las pensiones de Rajoy hubiera llevado a la penuria a muchos de los mayores del país. Su contrarreforma, la paguilla y el aumento de sus cuantías han dado un vuelco a la situación. ¿Cree que se lo van a agradecer y que el colectivo de los pensionistas lo apoyará en las próximas elecciones?

P. ¿Están aseguradas las pensiones públicas a futuro?

P. ¿Desaparecerá el Estado del Bienestar y sólo accederán a la sanidad los que tengan dinero para pagarla, según el modelo neoliberal de Casado y Ayuso?

P. ¿Sucederá lo mismo con las pensiones públicas y se dará paso a los planes de pensiones privados?

P. Se le acusa de estar rompiendo España y de plegarse al chantaje diario de los independentistas para conservar el poder. ¿No es hora de definir de una vez por todas lo que somos y dónde queremos ir?

P. Desde la izquierda ortodoxa se considera que sus políticas económicas y sociales favorecen a los poderes fácticos, aumentando la desigualdad y empobreciendo a las clases medias. ¿Le falta valor para oponerse a la dictadura del capital, eufemísticamente llamada mercados?

P. La UE se ha convertido en el máximo garante de la economía capitalista salvaje y de la libre competencia como dogma de fe, que atiende a las empresas y se olvida de los ciudadanos. ¿Terminará fracasando por este motivo?

P. Es obvio que España requiere descentralización, que el desarrollo económico sea armónico a lo largo de toda su geografía y que los servicios públicos lleguen a todos los ciudadanos en igualdad de condiciones. Sin embargo la percepción del hombre de la calle es que las CCAA son reinos de taifas, estructuras administrativas creadas para favorecer a amigos y a militantes de partidos, que generan graves desigualdades territoriales. Por ejemplo, ¿es razonable que existan en un país pequeño mediano diecisiete sistemas de salud? ¿No se está tirando el dinero y ofreciendo, además, unas prestaciones sanitarias dispares que día a día van a peor?

P. ¿Son aceptables las diferencias fiscales de unas regiones a otras?

P. ¿Tiene sentido que haya más de ocho mil municipios soberanos, muchas de cuyas decisiones y actuaciones van en contra del bien común, perjudican a sus vecinos, dañan el patrimonio natural y urbano, incluso afectando a comarcas enteras, aunque sean legales? ¿Quién protege a las personas, la naturaleza o el patrimonio histórico de esos desmanes?

P. Estos días su gobierno anuncia unas medidas de descentralización de las futuras sedes de instituciones públicas del Estado con las que confía combatir la despoblación. Mientras tanto, ya se está desarrollando la Operación Chamartín, ahora Madrid Norte, que concentrará más población y actividad en la capital no olvidemos que en este caso el gran especulador es el ministerio de Fomento. Al mismo tiempo, el ministerio de Defensa otro gran especulador, recordemos el Parque de Ingenieros y el Taller de Precisión de Artillería planifica la Operación Campamento que saturará aún más la ciudad, más hormigón, más tráfico, como en Chamartín, en lugar de crear una gigantesca zona verde, que alivie la descomunal contaminación del espacio donde habitan más de dos millones de personas. Mientras, el madrileño no recaba nada positivo y vive en una localidad cada vez más densa, cara e inhabitable. Eso sí, el alcalde se frota las manos ante el previsto aumento de recaudación. ¿No es todo ello incoherente con su discurso descentralizador? ¿No se trata de desarrollismo negativo al más puro estilo franquista?

P. Ustedes, los gobernantes españoles, han olvidado que el ciudadano debe ser el rey. El trato que recibe el hombre de la calle por parte de las AAPP es lamentable y prepotente. La transformación digital es una quimera que no alcanza a la persona física, una cortina de humo para ocultar unos pésimos servicios. La infinidad de páginas web de los organismos oficiales son rematadamente malas, confusas, inconexas, engorrosas, hacen caer en bucles que desquician a cualquiera. De esta forma, se está discriminando a gran parte de la población, no digamos a las personas mayores. La cita previa se ha convertido en el vuelva usted mañana del siglo XXI, con plazos para gestiones simplísimas de quince o más días y una operativa farragosa que no está al alcance de todos, especialmente los ancianos. ¿Son conscientes ustedes de que están fracasando estrepitosamente? ¿No se dan cuenta de que los con razón denostados bancos funcionan mejor que las instituciones públicas?

P. España es un país donde se cometen grandes desafueros, continuos fraudes de ley, casi siempre con la connivencia y la pasividad de las AAPP, que perjudican a la colectividad y al medio en el que se vive. Ahora me vienen a la mente casos como el de los riegos ilegales de Doñana, el envenenamiento del Mar Menor, la urbanización de la isla de Valdecañas —precisamente promovida por un gobierno regional del PSOE—, la destrucción de la costa, las construcciones irregulares, los asentamientos de chabolas, los ríos convertidos en cloacas y sus cauces inundados de plásticos, los vertidos indiscriminados o, a otro nivel, un ayuntamiento que permite la terraza al aire libre de un bar a seis metros de distancia de la ventana de un dormitorio, o un empresario de hostelería que planta una ruidosa y pestilente chimenea donde no está permitido. O, aún peor, la explotación laboral bajo los plásticos de los invernaderos, los salarios de miseria, la contratación ilegal. Los tribunales no dan abasto, las sentencias se incumplen y estamos fracasando como sociedad donde se respeten unos a otros. ¿Se podrá terminar algún día con esas políticas de hechos consumados, con estos procederes de listillos inmorales ávidos de dinero—, individuos irresponsables y administraciones corruptas?

13-02-2022 Asentamiento de chabolas a orillas del río Guadarrama. Imagen tomada desde el puente de hierro de la desmantelada vía férrea Madrid-Goya a Almorox. J. S. M.

De educación, cultura, inmigración, Ucrania, geopolítica, el aprovisionamiento de gas y petroleo, Irak, Yemen, el respeto a los Derechos Humanos de las superpotencias, el mar de la China, los minerales estratégicos, Guantánamo como territorio ocupado y como cárcel— hablaremos otro día, que aprovecharemos para recordar a Juantxu Rodríguez y José Couso.

Dice un escritor mexicano amigo mío que los jefes de Gobierno suelen ser enfáticos y elocuentes —no veraces ni sensatos— en su retórica. No voy a solicitar un comentario a modo de respuesta a esta aseveración.

Muchas gracias.

11 febrero 2022

A Mila por siempre

Isabel Camblor

 


Querida Mila:

Tuve el privilegio de conocerte hace cuatro años, cuando tú tenías noventa y dos, entonces estabas empezando a escribir tu segundo libro, “En el atardecer de la vida”.

Recuerdo cómo me sorprendió la bellísima lírica de tus contrastes: pasión y serenidad, ambas entrecruzadas como la doble hélice que cimenta nuestra misma existencia. Lo primero que quiero agradecerte, querida Mila, es que me cedieras tu ánimo feliz en un momento en el que el mío flaqueaba. Me lo diste sin que fuera necesario pedírtelo, porque tú eras así, tenías la habilidad y también la generosidad para ceder las cosas que eran tuyas sin esfuerzo, simplemente lo entregabas y, como además contabas con el enorme don de la sencillez todo el mundo sabe que ese es el verdadero talento de los sabios, yo lo recogí con la seguridad de que ya me pertenecía. Creo que contigo todos nos sentíamos así, eso he ido observándolo con el tiempo. No era solo yo, éramos todos.

Lo segundo que debo agradecerte es lo mucho que aprendí contigo, especialmente a través de tu tercer libro, Hija de la guerra civil. No imaginas lo que nos conmovía a todos tu sensibilidad, ¿cómo era posible componer con tanta ternura los fragmentos de un tiempo hecho añicos, un espacio furibundo en el que parece imposible que tú hayas podido habitar? Dulce Mila, hay que ser muy generosa y muy noble para tener la capacidad de escribir desde el amor, no solo por la crudeza de tu tremenda experiencia, sino sobre todo por ser capaz de contárnosla a pesar de la dureza de tus circunstancias. Transcurrían los días de 2020, el primer año de esta angustiosa pandemia, y tú, con tus noventa y cuatro años, permaneciste aislada en tu habitación de la residencia, ocho larguísimos meses solitarios, pero ni un día dejaste de escribir, y lo hiciste sin que se revelara en tus palabras ni un solo atisbo de dolor o flaqueza. Claro, eras una verdadera hija de la guerra.

Nos mostraste con la candidez de tu relato el único camino para aceptar todo lo que sucedió e incluso para reconciliarnos con lo que fue el horror de esa absurda contienda entre hermanos. Tu ternura, querida, sobre todo tu ternura, la de la niña vulnerable que fuiste y que, aún perpleja frente al espectáculo de la destrucción premeditada, fue capaz de sobrevivir sin perder un ápice de su capacidad para amar.

Mila, parece que lo hayas vivido todo, no sabes cómo admiro tu presencia omnisciente y esa desenvoltura tuya para hacernos llegar un espacio tan distante, extremadamente remoto. Te imagino siempre, en cualquier época, en cualquier tiempo y espacio, caminando vertical a través de un mundo quebrado y fuera de ningún alcance, un mundo que nosotros contemplábamos como algo universal y anónimo y que tú nos acercaste para que pudiéramos palparlo, todo eso que para nosotros solo era una idea deshilachada, un espacio de la Historia ya deshabitado, de pronto estaba al alcance de nuestras manos. Gracias, querida Mila, también, por enseñarnos esa manera de mirar al pasado. Ahora que te has marchado echamos la vista atrás y ya no vemos vencedores ni vencidos, no vemos ejércitos cautivos y desarmados, no vemos rencor ni recuerdos enconados. Tú sabes que el único principio que mueve al mundo es el amor y así nos lo has transmitido.

Querida Mila: comenzaste este año ya muy cansada, trabajando en tu cuarto libro en el que contabas cómo estabas viviendo la pandemia: pero llegó un nuevo positivo, otro aislamiento, más castigo, como nos decías, y ya ibas en silla de ruedas... demasiada injusticia para una Señora con mayúscula. Y decides dejarnos ya, irte una mañana de viernes, antes del mediodía, porque consideras que ha llegado el momento de reunirte con tu gran amor, que hace demasiados años que se fue y ya no quieres hacerle esperar más. Nos dejas a todos con los párpados fruncidos, desdibujados, atónitos en las antesalas de la residencia, un lugar que ya todos sentimos como nuestro, como una extensión de nuestras casas. Perdónanos si no pudimos evitar resistirnos a dejarte ir, por llorarte tanto, y porque sigamos aún llorando, pero entiende que, aunque fuera por egoísmo, nosotros te queríamos aquí.

Querida Mila, sé ya feliz para siempre, como tú querías, con Ignacio, con tus padres, con tus hermanos queridos del alma, con Mari Paz, donde quiera que estéis, nadie lo merece más que tú, pero por favor, sigue cuidándonos como siempre hiciste.

Te querremos siempre.

Isabel Camblor es novelista, escritora y profesora.

 

Mila Gutiérrez, fallecida el pasado 4 de febrero, es la autora del libro de memorias Hija de la Guerra Civil, editado por la Fundación Mari Paz Jiménez Casado, fundacionmaripazjimenez.org, dedicada principalmente a la lucha contra el sarcoma y su atención sociosanitaria.

04 febrero 2022

Víctima y verdugo

Julio Sánchez Mingo



El pasado martes 1 de febrero, a media mañana. un joven de veinticuatro años resultó muerto en la vía pública en Raffadali, en Sicilia, en la provincia de Agrigento. Recibió quince impactos de bala a manos de un policía: su propio padre, un hombre de 57 años, que, tras alejarse de la escena del crimen, llamó al 112 y esperó solo, abatido, sentado bajo la marquesina de una parada de autobús, con el arma guardada en la mochila que portaba, la llegada de los servicios de seguridad y de emergencias. Tras entregarse, declaró en jefatura: “Arrastraba problemas psíquicos. Esta mañana hemos tenido la enésima discusión. Me ha llamado para pedirme 30 €. Cuando se los he dado me ha exigido 50. Tras golpearme, me ha quitado la cartera. Se me han cruzado los cables y le he pegado no sé cuantos tiros”. Vació en el cuerpo de su hijo el cargador entero de su pistola reglamentaria. En la cabeza, a quemarropa, el primer balazo. El resto en el tórax.

Los problemas venían de antiguo y el filicida estaba desbordado por el dolor y el sufrimiento: “Me pegaba, me insultaba. Me llamaba bastardo y mierda. Cada vez me reclamaba más dinero. Le daba 600 € al mes. Le parecían insuficientes”. El fallecido había vivido tres años en una comuna. Después con su padre, posteriormente con su madre, que tiene una nueva pareja. “Había solicitado ayuda a los servicios sociales, pero nadie me ha prestado apoyo. He ido denunciando las agresiones de mi hijo, la última vez hace quince días”.

Un amigo del joven declaró: “Hacía tiempo que no estaba bien. Vivía solo y había empeorado”. Según otro amigo, era un chaval infeliz y muy introvertido. La investigación corre a cargo de la comandancia provincial de los Carabinieri. Al parecer, recientemente había sido denunciado por acoso en la misma localidad de Raffadali.

El alcalde manifestó que la ciudadanía está consternada: “En el pueblo todo el mundo lo conocía. Había estado ingresado en centros privados en repetidas ocasiones”. No había sido suficiente para enderezar la deriva de una situación que un hombre solo, desesperado, detuvo de forma abrupta. El fiscal jefe de Agrigento no recurrió a medias tintas cuando comentó el desgraciado suceso: “Muchos episodios de trágica e inaudita violencia, acaecidos en los últimos días en la provincia de Agrigento, han puesto de manifiesto el malestar profundo que afecta a la sociedad, a las familias, agravado por el confinamiento impuesto a causa de la pandemia, que el sistema socio sanitario asistencial no ha sido capaz de contener y tratar ofreciendo los necesarios servicios a la colectividad”. Una acusación muy dura. Y añadió: “En muchas ocasiones, lo que definimos actos de locura son el punto final de conflictos sociales y familiares. El sistema, considerado en sentido amplio, que incluye también a la administración de Justicia, no los llega a encauzar y contener de forma adecuada y legítima”. Es el reconocimiento de una derrota de toda la sociedad.

El superior del policía, destinado en la jefatura de Catania desde 2001, explicó: “Nadie hubiera podido imaginar lo sucedido. Nunca causó problemas y son incontables los servicios que ha prestado a lo largo de su trayectoria profesional. Cuando era posible se le asignaba a la jefatura de Agrigento. Sabíamos de sus problemas con el hijo, que estaba en tratamiento psiquiátrico y le pedía dinero continuamente. Conocíamos sus frecuentes disputas. Nada hacía presagiar un epílogo tan terrible”.

La trayectoria vital del joven ha tenido un final atroz. Al menos, descansa en paz. Él ha perdido la vida y su padre, el verdugo, víctima de una situación que lo desbordó, se ha hundido en el más profundo de los abismos, no reposará jamás, se ha destrozado la existencia y penará para siempre, al margen de la condena que le sea impuesta y de los veinticuatro años de castigo ya cumplidos.

La tragedia se ha consumado.

21 enero 2022

La dictadura económica de las macrogranjas

Marimén Ayuso

Lluis Ferrer Ayuso
Si piensan que viven en una democracia, se equivocan. Y si creen que pertenecen al siglo XXI, a la era de la concienciación medioambiental, se vuelven a equivocar. A nosotros, habitantes y amantes de la villa de El Canós, municipio de Plans de Sió, en Lérida, nos pretenden imponer una dictadura económica en una de las zonas rurales más vírgenes de la comarca de la Segarra, que tiene sus acuíferos en situación vulnerable debido a la contaminación por purines y al uso abusivo de fertilizantes en la agricultura —por esto, en la actualidad, no se puede beber el agua de los pozos y hay que traerla de fuera.

Junto a una zona de protección de aves (ZEPA), un empresario pretende construir no sólo una, sino dos macrogranjas de 9.700 cerdos cada una. Quiere hacerlo a pesar de la oposición de sus habitantes, del impacto medioambiental y paisajístico, con la consiguiente pérdida del valor histórico y patrimonial como vila closa1 que somos. Amén del sufrimiento animal causado por su hacinamiento y la correspondiente emisión de malos olores y de gases de efecto invernadero. El Canós no se opone a la ganadería rural, a las explotaciones agropecuarias en general, sino a una actividad industrial muy contaminante, que solo enriquece a unos pocos y perjudica a muchos, especialmente a los que viven de la tierra en este idílico lugar, el cual tendrán que abandonar si sigue adelante este proyecto. Una macrogranja es un negocio básicamente financiero, basado en la automatización, en la alta rotación del producto y en la economía de escala, donde bastan ¡dos empleados! para gestionar una instalación con 9.700 cabezas de porcino, según señala y reconoce en un informe el propio promotor del desaguisado. El beneficio para el lugar, sus vecinos y su naturaleza, es nulo.

El Canós no quiere desaparecer y está decidido a luchar.

1 Vila closa (Villa cerrada). Una villa cerrada es un núcleo de población protegido por murallas y sin construcciones extramuros. Es un tipo de localidad propio de la Antiguedad y el Medievo.

PD. eldiario.es publicó el pasado día 14 de enero un artículo al respecto: 20 vecinos contra 9.600 cerdos.


Las vaquerías de Madrid y las macrogranjas

Julio Sánchez Mingo

 
Cuando yo era chaval, muchos sotanos de Madrid eran vaquerías. En Sandoval, a la vuelta de Monteleón, donde vivía mi abuelo, había una, a dos pasos de los cines de la calle Fuencarral, casi todos desaparecidos, excepto el Paz y el Proyecciones, un notable ejemplo de racionalismo madrileño. Desde la acera, a través de los barrotes de los ventanucos, siempre abiertos, se veía media docena de vacas lecheras paciendo tranquilamente. No exhalaban un olor muy fuerte ni desagradable en demasía. Siempre me preguntaba por dónde diantre las metían o sacaban. Estos establecimientos nutrían de leche a los correspondientes despachos, las lecherías o granjas nombre que se ha conservado en muchos locales del Ensanche y otros barrios de Barcelona para designar a pequeñas cafeterías— donde acudía el vecindario de la zona a aprovisionarse del blanco líquido. También había repartidores a domicilio que, cargados con sus cántaras de aluminio, tocaban a la puerta de las viviendas y atendían a las parroquianas. Las centrales lecheras y el producto envasado tardarían unos años en llegar.

Hace unos días, me contaba un querido amigo y antiguo compañero de estudios que, en Benavente, su madre tenía una docena larga de lecheras de las que vivían, estabuladas en las cuadras de su casa. Mientras, su padre labraba el campo. Vida dura y sacrificada la de ambos, que tenían dificultades para acudir a las celebraciones familiares pues las cornúpetas requieren ordeño diario.

Hasta los setenta, en España la cabaña lechera era explotada de forma intensiva, alojada en cuadras y establos en las poblaciones menores y en sótanos en las grandes ciudades. Mi amigo benaventano me reconocía que las condiciones de vida del ganado de su madre eran bastante tristes, siempre encerrado, atado al pesebre, con la única opción de permanecer de pie o tumbado. Tanto es así que, cuando tenían que trasladarlos, los pobres animales sufrían calambres y espasmos. El bovino para carne tenía un devenir más feliz antes de pasar al matadero, pues casi siempre pastaba en prados, en plena naturaleza.

Han pasado cincuenta años y se ha impuesto la ganadería intensiva, especialmente en los sectores bovino, porcino o aviar. Sólo la carne de alta calidad, fresca o elaborada, proviene de explotaciones extensivas, caso del jamón ibérico o de la ternera de Ávila o de otras procedencias bastante acreditadas y apreciadas.

De quince años a esta parte las granjas de intensivo han ido creciendo de tamaño hasta llegar a las tan polémicas macrogranjas actuales, auténticas industrias, muy contaminantes, que permiten que el consumidor final pague el kilo de lomo fresco de cerdo que no sabe a nada a 6 € el kilo, y el ibérico a 18 € por kilo, que se supone criado en la dehesa. Esta semana, un pescado muy saludable como la caballa fresca costaba en un hipermercado cercano a casa 7,25 € el kilo.

Hay una serie de dudas y preguntas que me rondan la cabeza y me gustaría que algún experto independiente me las aclarara y respondiera. ¿Por qué se construyen las macrogranjas naves cerradas con el ganado estabulado en mitad del campo, incluso en lugares idílicos como El Canós en Lérida, y no en polígonos industriales, más adecuados para este tipo de instalaciones, que son verdaderas fábricas? ¿Acaso es porque el metro cuadrado de sembrado es más barato que el de un polígono industrial? Al no estar definidas y reguladas, ¿se están acogiendo las macrogranjas a la fiscalidad y regulaciones del sector agropecuario en lugar de a las de la industria contaminante? ¿Por qué se almacenan los purines en balsas abiertas, sin cubrir, por lo general mal impermeabilizadas, mientras una refinería de petroleo procesa y recicla lodos, residuos y otros desechos venenosos, de forma más o menos adecuada?

Lamentablemente, las macrogranjas, generan una serie de efectos perversos que hay que tener muy en cuenta. Uno de ellos, muy importante, es el cierre de pequeñas explotaciones ganaderas familiares. Prestemos atención a estos datos y cifras (relativos a Cataluña pero trasladables al resto de España)1:

- La producción de soja forrajera en Brasil lleva a la deforestación de la Amazonía y a la pérdida de su biodiversidad, con roturación y acaparamiento de tierras, expulsión de pueblos indígenas y campesinos y contaminación del medio natural y emisión de CO2.

- El transporte de soja de Brasil a Cataluña genera anualmente 1,9 millones de toneladas de CO2, equivalente al 4,3% de las emisiones anuales totales de esta región.

- Cada año entran en el puerto de Barcelona 1,5 millones de toneladas de soja procedentes de Brasil, lo que representa una deforestación equivalente al 14% de los bosques de Cataluña.

- En 2019, Cataluña exportó carne de cerdo por valor de 3.350 millones de euros, el 20% a China.

Carrillo fumaba como un carretero en el hemiciclo del Congreso. Ahora nos parece inaudito. Dentro de cincuenta años, ¿que opinión merecerán las macrogranjas a los niños de ahora?

1 Fuente: D'aquella soja, aquests purins, de Maties Lorente, en directa.cat.

07 enero 2022

Adivinanza

Julio Sánchez Mingo

Es un personaje de una maldad infinita. No siente empatía por nadie y carece de simpatía. Sus complejos son enormes y patentes. Aquellos derivados de su físico trata de ocultarlos, pero solo consigue hacerlos más evidentes. Su descaro es infinito y miente más que habla, haciendo gala de un exacerbado cinismo. Insulta y descalifica sin recato. Su actitud en público es despreciativa hacia sus interlocutores. No mira de frente. Carece de una formación académica notable y de experiencia profesional. Por ello y para encubrir su ignorancia y su incompetencia, se muestra displicente con los buenos profesionales y los técnicos acreditados y no da valor a las opiniones de los expertos. Sin capacidad de gestión, manipula cifras y maquilla datos, amén de tergiversar las declaraciones ajenas Es prepotente, de un despotismo soberano. No asume las responsabilidades de sus actos, descarga sus culpas en los demás. A su lado sólo medran los aduladores que se aprovechan de su grandísima vanidad. Su soberbia hace que se enemiste con cualquier discrepante o con quien le lleve la contraria. Hace gala de poca inteligencia al calumniar a los colectivos que le sacan las castañas del fuego. Es una marioneta en manos de intereses espurios. Busca siempre el enfrentamiento, no sabe ni quiere negociar y la concordia es un concepto que desconoce. Desleal, no sabe lo que es el agradecimiento, siendo un ejemplo de manual del síndrome de Hubris o Hybris.

¿De quién se trata?