28 octubre 2016

De libros y firmas. Manuel Vicent, Vargas Llosa y yo

Julio Sánchez Mingo

Octubre 2016

Era el 4 de junio de 2006. Habíamos ido al Retiro, a la Feria del Libro. Al pasar por delante de una de las casetas vimos a Mario Vargas Llosa, que todavía no era Nobel de Literatura, firmando ejemplares de sus obras.
Yo había leído, años atrás, La fiesta del Chivo, habiéndome sorprendido gratamente. El tratamiento que hace de la personalidad de Trujillo es magistral. Describe certeramente al dictador cruel, sanguinario, corrupto y depravado sexual que era y como, para perpetuarse en el poder, utilizaba el terror y la represión o las corruptelas, dependiendo de la personalidad del antagonista político, del enemigo o, incluso, del amigo. Así hacía nuestro carpetovetónico Franco y así han hecho todos los tiranos a lo largo de la historia.
Como la cola de admiradores demandando su firma era escasa, nos acercamos para que el escritor peruano nos dedicara algún libro. Yo había comprado Viajes, fábulas y otras travesías, de Manuel Vicent, para regalárselo a Marina, y no tenía intención de adquirir otro más. Cuando me llegó el turno no se me ocurrió otra cosa mejor que ofrecerle el ejemplar del villaviejense, o vilavellero en valenciano. Un impulso inocente sin ninguna intención. Sorprendido, y con ese gesto antipático que habitualmente le caracteriza, se limitó a decir: - Manuel Vicent, un buen escritor. ¿A quién se lo dedico?



Algunas veces, tiempo después, he pensado que mi proceder no fue muy correcto, puede que incluso impertinente. El caso es que el bueno de don Mario despachó la situación con una faena de aliño que, por otra parte, es lo habitual, en estas sesiones, de los autores consagrados.

Algún año después, con motivo de otra cita de la feria, vi anunciada en el periódico la firma de ejemplares de sus obras por Manuel Vicent.
Es un escritor que siempre me ha agradado mucho. Irónico, agudo, mordaz, cáustico, punzante, capaz de describir a un personaje, una situación, un ambiente o un paisaje con sólo tres o cuatro palabras. Escribe muchos artículos en prensa y algunas biografías de personajes controvertidos, pero, lamentablemente, no se prodiga mucho publicando novelas o libros de viajes, gastronomía o costumbristas, como acostumbraba hace un decenio.
Como tengo por casa un volumen de la primera edición de Pascua y Naranjas, obra con la que ganó el premio Alfaguara allá por 1966, decidí acercarme al Retiro para que me lo dedicara. No soy mitómano y siempre he sido incapaz de hacer el mínimo esfuerzo por conseguir un autógrafo. Pero como es uno de mis autores favoritos, dado lo poco que prodiga su presencia en el certamen y tratándose de la publicación primigenia de un libro premiado, pensé que merecía la pena el paseo.
Al entregarle el ejemplar para la firma dijo: - ¡Vaya incunable!



Como no había nadie más esperando estuvimos hablando largo y tendido de pintores, todos conocidos comunes, como Antonio Lago (1) o Pepe Jardiel y su mujer, Lucrecia.
Vicent ha sido marchante. Fue propietario de la galería El Coleccionista, en Claudio Coello. Aún le recuerdo sentado tras el mostrador, asomando la cabeza para controlar las reacciones de las personas presentes en la sala. En su novela La novia de Matisse, retrata de forma soberbia el mundo de los marchantes, galerías y artistas plásticos. Ya me gustaría que escribiera sobre el mismo tema circunscrito al ambiente artístico del Madrid de los 80 y los 90, con nombres y apellidos. Da para un largo tomo y él conoce la materia en profundidad.
También le conté el encuentro con Vargas Llosa y, curioso, impaciente, me preguntó: - ¿Y qué dijo? - antes de que yo finalizara el relato de la escena.

El fenómeno de las firmas de libros en la Feria del Libro de Madrid ha cambiado radicalmente en los últimos tiempos, al paso de los cambios tecnológicos y de las costumbres de la sociedad. En la edición de este año, en la tarde del primer domingo del certamen, Almudena Grandes no tenía a nadie esperando sus dedicatorias. Sin embargo, los llamados youtubers soportaban intensas y agotadoras sesiones atendiendo largas colas de admiradores.

(1) Lago Rivera: No principio dun mundo, 1916-2016
Exposición con motivo del centenario del pintor. En la sala de exposiciones de Afundación, Fundación Galicia Obra Social, Vigo (Pontevedra). Hasta el 19 de noviembre de 2016.



21 octubre 2016

La Casa de Fieras
Jesús Ramos Alonso
Abril 2016

Fue al salir del colegio. Nos pillaron colándonos en la Casa de Fieras del Retiro entre dos barrotes de la verja algo separados.
Unos guardas nos vieron y uno de ellos gritó: ¡alto ahí! — y agarrándome por el jersey — ¡a ver, tú, ¿cómo te llamas?! Mientras, el otro sujetaba a mi amigo, que gimoteaba asustado.
Miré al guarda y tuve la sensación de que su manaza iba a aplastarme contra el suelo. La sentía en mi hombro como si fuera la zarpa del león que hacía largos en su jaula de cuatro metros. Habría preferido enfrentarme a ese león antes que mentir a aquel gigante, así que dije mi nombre y donde vivía. Después, su voz de trueno ordenó: ¡se lo decís a vuestros padres!, ¡y mañana traéis el dinero de la entrada!
Pasamos el resto de la tarde sentados en un banco. Cobardes ante nuestro negrísimo futuro no sabíamos por dónde tirar. Por fin acordamos que nuestros padres jamás sabrían nada y que cada uno se las apañaría para lo del dinero.
Al día siguiente, en un descuido, le sisé un duro a mi madre. Con lo que me dieron por unos periódicos viejos completé las siete u ocho pesetas que costaba la entrada y fui a por mi amigo. Después, con las orejas gachas, buscamos al gigante. Nos acercamos con el dinero en la mano. Nos miró, sonrió y acariciándonos el cogote dijo: ¡hala, adentro valientes! ¡y guardad eso para otra vez!
Al salir, ufanos y sintiéndonos hombres, nos compramos un bocadillo de calamares y aún nos sobró para un par de bisontesque nos fumamos entre toses.
Voy a menudo a la biblioteca que hoy ocupa el lugar del antiguo zoológico y, al pasar junto a los leones de piedra que jalonaban la entrada, siempre me viene este recuerdo. A pesar del tiempo transcurrido, aun me hace sonreír.
En casa, mi madre me esperaba con el monedero en la mano y cara de pocos amigos. No necesité mucho más para perder la recién estrenada hombría...pero de eso ya casi ni me acuerdo.

14 octubre 2016

El premio de la Foto del Verano viaja a México
14 de octubre de 2016


El ganador del concurso ha sido José Lebeña Acebo, periodista, residente en Ciudad de México, con la foto titulada Rosas inglesas. La elección del jurado, compuesto por Lola Alegre Esteve, Paloma Blanco Lorenzo y Menchu García Delgado, lo ha sido por unanimidad.

Enhorabuena al triunfador, que en breve recibirá su premio, y a los autores que han merecido una mención especial y cuyas obras, junto con la vencedora, aquí se muestran. Muchas gracias a todos los participantes por su interés y su contribución.

Julio Sánchez Mingo


Foto ganadora


Jose Lebeña Acebo. Rosas inglesas

Fotos finalistas


María José Serrano. Fragilidad
Javier Torrontegui. N'Gorongoro














Helena Pita. Playa de Lagos (Bueu)











Eric Badi. Sin título



María José Serrano. En lo simple reside lo bello



















      Nieves Alonso. Farolas de colores en calle estrecha











María José Serrano. Caracolada

La selección del editor


María Blanco. La ría










Nieves Alonso. Amanecer a las 7:20












Esther Lebeña Riego. El sol y la luna










Lara Aguilera. De travesía


Nieves Alonso. Barcas azules












Paloma Postigo. Atardecer en la bahía de Cádiz


Convocatoria - Julio 2016


Invito a mis amigos y a los lectores del blog a remitir a jsanchezmingo@yahoo.es fotografías captadas este verano, ya sean de mar, montaña o ciudad, o de una materia de actualidad. Tema libre y tantas como se quiera.

Las más destacadas serán publicadas en este blog y al autor de la imagen que por su belleza, originalidad o interés más sobresalga se le premiará con una opípara cena en Madrid o, caso de vivir fuera de la ciudad o en el extranjero, con un bonito libro.
Ruego encarecidamente que no se envíen fotos manipuladas en el ordenador.
Plazo máximo de recepción: prorrogado hasta el 30 de septiembre de 2016.
Muchas gracias.

Julio Sánchez Mingo

Fotografía del editor. Parque Nacional del Gran Paradiso. Alpes Occidentales. Camino de los pastos de Djouan. 15-07-201

04 octubre 2016

Carta a un chaval de 14 años
Julio Sánchez Mingo
Octubre 2016

Querido Mario:

No te puedes imaginar lo que me plugo que un chaval de 14 años como tú nos confesara que le gusta mucho leer y que lo hace todas las noches en la cama, antes de dormir.
De la lectura, de los libros, extraemos el conocimiento de las personas y de las cosas que, junto a la propia experiencia, nos hace alcanzar la sabiduría. Ello nos permite ser mejores y, también, disfrutar de la vida de forma más plena.

A lo largo de nuestra existencia vamos encontrando gente sabia, interesante, mucho mediocre, mucho pobre de espíritu, mucho ignorante. De todos ellos podemos y debemos aprender. Los libros, además, nos acercan a grandes personas, brillantes, lúcidas, amenas, a quienes escuchar es un verdadero placer y que nos transmiten su saber y también sus propias vivencias.
Si quieres conocer a una persona en profundidad, lee sus escritos. Cuando yo tenía tu edad, escribíamos cartas, incluso largas cartas, a la familia, a los amigos y a las chicas que nos gustaban y recibíamos sus misivas de respuesta. Ello nos permitía profundizar en el interior de esas personas. Nos decía mucho de su sensibilidad, de su riqueza de espíritu, de sus sentimientos, de su cultura, de sus aficiones.
Fíjate en el gran interés que despierta la literatura epistolar de los grandes hombres y el dineral que se paga por sus archivos personales. En esos escritos reside la explicación de su proceder en la vida, de su arte, de su pensamiento, de sus relaciones humanas.
En los libros aprendemos de las vidas ajenas, de los aciertos y errores, presentes y pasados, de la humanidad y de los individuos, de la barbarie de los pueblos, de la sociedad en la que vivimos, del mundo físico y la naturaleza que nos rodean, del comportamiento de los hombres en tiempos remotos y tantas cosas más. ¿Qué sería de la técnica y de los avances científicos sin la escritura y, por ende, de la lectura?
A pesar de todo, lamentablemente, el hombre sigue tropezando en la misma piedra demasiadas veces. Parece inaudito.

¿Cómo se puede opinar sobre lo mal que lo hace el Ayuntamiento de Madrid, por ejemplo, si se es un perfecto ignorante, sin formación, sin lecturas, sin experiencia viajera?

La literatura nos hace soñar, nos transporta a otros mundos reales o imaginados. Con ella, viajamos a lo largo del espacio y del tiempo. No hay mejor sesión de cine que nuestra mente imaginando las situaciones, los espacios y los personajes de una novela.

No sólo se debe practicar la lectura. Las bellas artes, en todas sus expresiones, son formativas y enriquecedoras. En general todo lo que llamamos cultura.

Leer es un gran divertimento y, además, barato. Incluso, si no tienes dinero para comprar un libro, puedes acudir a una biblioteca y tomarlo en préstamo.

Un complemento perfecto, ideal, de la lectura, y de cualquier actividad intelectual, es la práctica de ejercicio físico. A tu edad ya habrás oído la expresión mens sana in corpore sano. Mantener el cuerpo a tono, fortalecido físicamente, nos ayuda en todos los órdenes de la vida. Ahora bien, esa práctica la debemos afrontar sin excesos, sin castigar el cuerpo, sin que se convierta en una obsesión o una razón de vida, como le sucede hoy en día a muchas personas. La práctica deportiva en solitario es más aburrida que la que se realiza en compañía de otras personas o que los deportes de equipo, que permiten un alto grado de socialización. Los de competición hay que encararlos con deportividad, como un juego, y hay que tener buen perder. La competitividad en demasía no es buena y puede degenerar en agresividad y situaciones violentas.
Para mí hay dos deportes que, por sus características, son perfectos: la vela ligera y el excursionismo. Son exigentes en lo físico, permiten estar en contacto con la naturaleza, disfrutarla, conocerla, estudiarla y requieren de práctica intelectual. Hay que prevenir las condiciones del tiempo, situarse, orientarse, hacer uso de la experiencia y el conocimiento, obrar con inteligencia. En definitiva, resolver problemas en tiempo real, a veces en pocos segundos, claves para alcanzar el objetivo con éxito. Eso sí, hay que extremar la prudencia. El mar y la montaña pueden llegar a ser muy peligrosos y tú ya sabes que arrastramos una enorme tragedia a nuestras espaldas.
Además, con nuestros compañeros de caminata o navegación podemos hablar de todo lo divino y lo humano, lo que es un auténtico placer. ¡Con lo que te gusta a ti charlar!

Para terminar, quiero glosar las virtudes de la lectura, y en general de la cultura, como bálsamo ante las adversidades de la vida. En nuestras horas bajas, los libros y los demás instrumentos culturales son un magnífico refugio frente al dolor, la pena, la tristeza, la soledad, la presión del quehacer diario. Sólo la compañía y el consuelo de los seres queridos superan sus cualidades reconfortantes.

Un fuerte abrazo, extensivo a Diego,

Julio

PD. Por favor, habla con tu madre en francés. No desperdicies la oportunidad que te brinda la vida. Además ella se sentirá más querida y más próxima a ti. No se valora verdaderamente lo que es una madre hasta que se la pierde. Nuestra existencia es así de injusta.