22 diciembre 2023

Odiosas Navidades

Julio Sánchez Mingo



Cada vez hay más adultos a los que oigo renegar de las fiestas navideñas. Casi todos ellos me argumentan que son celebraciones para niños, los que verdaderamente disfrutan con sus aspectos mágicos, los que mantienen la ilusión por el halo de las leyendas que las rodean, pero que ellos, los mayores, están deseando que pasen lo más rápido posible. La gente joven se divierte al margen de las connotaciones religiosas, tradicionales o mágicas de estos días. Son jornadas festivas y hay que aprovechar al máximo. Es lo único que cuenta para ellos.

A mí, de chaval, me gustaba acudir a la plaza Mayor con mi amigo Ugo la primera tarde de las vacaciones escolares de Navidad. Disfrutaba con la contemplación de las casetas llenas de figuritas para el nacimiento y de los puestos de abetos —realmente en España se usaban y se usan píceas—, ramas de acebo y muérdago y musgo. El olor a monte invernal invadía todo el recinto y los vendedores, para contrarrestar el frío de las tardes de diciembre, encendían fogatas con restos vegetales. Era todo más natural y primitivo que ahora. El ambiente era bullicioso y no existían las aglomeraciones y riadas de gente que en los últimos años obligan a cerrar la estación de metro de Sol y a que los municipales tengan que encauzar la circulación de la muchedumbre.

Las casetas que ahora monta el ayuntamiento carecen de personalidad y espontaneidad, no tienen gracia. Muy relamidas, todas ellas son exactamente iguales, como si se hubiera encargado su diseño a Euclides, el genio griego de la escuadra y el cartabón.

También los mercadillos navideños en Centroeuropa, de los que teníamos una imagen idílica, han evolucionado, como pude comprobar hace unas semanas en Budapest. Se han convertido en una sucesión anodina de puestos y casetas de vino caliente y comida —más que contundente, cocinada en el lugar, a la vista del público, en gigantescas sartenes y peroles, apoteosis de la carne de cerdo y todo tipo de visceras y embuchados– y gigantescas pilas de todo tipo de confecciones azucaradas.

 

He de reconocer que estuve un buen rato la mar de entretenido viendo elaborar kürtőskalács (pasteles de chimenea) en una caseta situada frente a la catedral de San Esteban. Son una especie de gigantescos barquillos cilíndricos, parecidos a los cannoli sicilianos, pero mucho más grandes y sin relleno.

En general, las Navidades han devenido en un delirio de consumismo y excesos. Se come y bebe sin freno y se gasta lo que no se tiene.

El contaminador sector textil inunda las tiendas de exclusivos modelitos a veinte euros, que se usan una sola noche para terminar a continuación en el vertedero. Lo que deben picar esos vestidos de lamé, confeccionados con fibras plásticas.

Además, todos tenemos que ser rumbosos, simpáticos, amables y encantadores, ¡a fecha fija¡ Hasta que un mililitro de alcohol de más lo echa todo a perder. Todo son parabienes, buenos deseos, felicitaciones, bonitas palabras que se lleva el viento: paz, amor, fraternidad, solidaridad. Especialmente almibaradas y, además, estomagantes, son las que nos lanzan las Admistraciones Públicas y los políticos y aquellas compañías que están todo el año maquinando para sacarnos los cuartos con malas artes.

Cantidades ingentes de comida se van a la basura y, con ellas, muchas horas dedicadas a la compra de sus ingredientes y a su elaboración en los fogones.

Se regalan cosas absurdas por la obligación adquirida de hacerlo también a fecha fija y montañas de juguetes quedan arrumbados y pasan a mejor vida la misma tarde del día de Reyes.

"Y ahora, ¿qué regalo yo?", me pregunto el 24 de diciembre a mediodía o el 5 de enero por la tarde. Por cumplir y salir del paso, se termina tirando el dinero y con una extraña sensación de ser un miserable, ruin y tacaño.

Los que peinamos más que canas pensamos en los que ya no están y la añoranza nos invade. Seguramente, para muchos es la faceta más triste de la Navidad. Cuánto echo yo de menos a los míos.

Las personas que luchan contra la soledad y hacen frente a sus demonios del pasado es natural que aborrezcan las modernas Saturnales, que también para los romanos eran sinónimo de excesos. Entonces celebraban el renacimiento del año, cuando los días empiezan a crecer tras el solsticio de invierno.

A pesar de todo, en algún momento, un rayo de ilusión me conmueve. Especialmente cuando veo las caritas de los más pequeños irradiando felicidad, o cuando montan ilusionados el Nacimiento con abuelos y padres, tras patearse la plaza Mayor para terminar comprando una marmita para los pastores que ya la quisiera Obélix, o escucho alguna musiquilla que me toca una fibra sensible.

Aunque no sé si este año, las imágenes de la orgía de sangre de Palestina nos atragantarán la cena a más de uno y apagarán en mí cualquier rastro de esperanza y fe navideñas.

15 diciembre 2023

El mapa

Arturo Martínez Gónzalez

 


Mientras escuchas los disparos, los ladridos de los perros y el petardeo de una excavadora, dibujas un mapa para llegar a Nayla.

La distancia más corta entre dos personas es la muerte. Con frecuencia, también es la menos dolorosa.

Hace ya tres años que la enterraron con vuestros hijos en Har Brakha, cerca de donde tu bisabuelo, antes de la Nakba, había plantado una docena de almendros. Pero tú no imaginas un mapa de carreteras con una ruta de ciento sesenta kilómetros a través de una docena de puestos de control y una línea del frente.

No es eso lo que quiero”, piensas. Un mapa así, ahora, no te serviría de nada.

No quiero ver su sepulcro”, piensas.

Uno..., dos..., tres... Undostrés. Uno..., dos..., tres… Sigues golpeando con una bala contra algo metálico, quizás un cargador.

El otro camino significa retroceder diez años, tres hijos y una boda, hasta llegar al día en que os conocisteis en la cola de un control.

El primer tramo es el más corto, piensas.

Un día, quizás dos, hasta el momento en que el cielo cayó a tierra y te enterró bajo los escombros de tu escuela.

Uno..., dos..., tres... Undostrés. Uno..., dos..., tres...

Dos años caminando sin una sombra. Todo arde. Las lágrimas no llegarán a cuajar en tus mejillas, piensas.

Esa etapa termina, o quizás comienza, el día en que un tanque pasó sobre tu padre y sus almendros. “Por encima de mi cadáver”, les había dicho a los soldados. Te detuvieron en un control cuando ibas a su entierro. Cuando te soltaron, unos colonos se habían instalado en sus tierras; a ti te largaron a pedradas.

Otro tramo del camino: un año antes, mientras estabas trabajando en la fábrica de cemento, un hongo de polvo y humo brotó del patio de la mezquita. “Un objetivo militar,” dijeron. Llegaste a tiempo de enterrar a Nayla, a Omar, a Kareem, al pequeño Hamal.

Ahora viene el mejor tramo de la ruta, piensas. Recorrerlo es como pasear por la orilla de un estanque, a la sombra de las palmeras.

Los hijos son un hito cada año. Un mes después de nacer el segundo. Cuando el pequeño tuvo la tosferina. Cuando el mayor empezó a ir a la escuela. Vuestra boda. Desde allí divisas el futuro y el pasado. En el presente, alegría, música, todo el barrio reunido en la casa de los padres de Nayla. Nadie lanza fuegos artificiales, los soldados podrían tomarlos por disparos.

Más allá se adivina el otro extremo del camino”, piensas.

Una camioneta atiborrada, un puesto de control, una cola interminable bajo el sol y unos ojos que te miran. “Nayla”, dice tu padre. “La hija del panadero”, insiste un vecino.

Uno..., dos..., tres... Undostrés. Uno..., dos..., tres...

Es un recorrido demasiado largo”, piensas.

Te reunirás con Nayla por el camino más corto”, piensas

Cuando un rayo de luz te deslumbra y una mano limpia el polvo de tu cara, ya te has decidido.

-¿Ahmed?

Deberías abrir y cerrar los ojos varias veces, seguir golpeando la bala contra el cargador, pero prefieres mantenerte inmóvil y plegar los párpados.

Identidad verificada. Ahmed al-Khatib”.

La arena cubre de nuevo tus pupilas. La luz se apaga. Cesan las voces, los ladridos. Ahora podrás descansar bajo los almendros.

09 diciembre 2023

Convocatoria del VIII Premio de Escritura Breve de Diario de Madrid

 

Se convoca el VIII Premio de Escritura Breve de Diario de Madrid, con arreglo a las siguientes bases:

1.- Podrán concurrir todas las personas que lo deseen, cualquiera que sea su nacionalidad, con un solo trabajo.

2.- Los escritos presentados deberán reunir las siguientes condiciones:

a) Estar redactados en español.

b) Ser originales e inéditos.

c) No haber sido premiados ni estar participando en ningún otro certamen.

d) Tener una extensión mínima de 1.800 caracteres y máxima de 10.000.

e) Tema: libre.

f) Género: narrativa, divulgación u opinión, a elección del creador.

g) El autor premiado en la VII edición, celebrada en 2023, no podrá presentarse a esta convocatoria, siendo invitado a colaborar en la misma como miembro del jurado.

3.- Los originales se remitirán por correo electrónico en formato pdf antes de las 24:00, hora de Madrid, del viernes 15 de marzo de 2024.
Para ello se enviará un mensaje a la dirección
diariodemadrid@yahoo.com, con la mención en el asunto VIII Premio de Escritura Breve de Diario de Madrid, que incluya un fichero pdf conteniendo exclusivamente el trabajo presentado a concurso y otro archivo pdf donde deberán constar los siguientes datos: nombre y apellidos, nacionalidad, domicilio, teléfono y dirección de correo electrónico del creador, título del escrito, así como una declaración de su autoría y de satisfacer las condiciones de estas bases. Los menores de edad deberán, además, remitir el consentimiento de sus padres o tutores para poder participar.

4.- El editor de jsanchezmingo.blogspot.com designará el jurado, que estará compuesto por un mínimo de nueve personas y realizará la elección final de la obra ganadora.

5.- Antes del 15 de junio de 2024 se publicará el fallo del jurado en jsanchezmingo.blogspot.com. Previamente será comunicado simultáneamente por teléfono y correo electrónico al autor vencedor, en cuyo momento se le informará también del lugar de entrega del correspondiente trofeo, una obra de un acreditado artista plástico.
El trabajo ganador será publicado en
jsanchezmingo.blogspot.com en los días sucesivos, no devengando su autor derechos por este motivo.

6.- El premio no podrá declararse desierto. La decisión del jurado será inapelable.

7.- No se mantendrá correspondencia con los autores de los trabajos presentados desde la publicación de la convocatoria hasta después del fallo del jurado, excepto para la aclaración de cuestiones relativas a estas bases o a la correcta recepción de los trabajos presentados a concurso. La resolución de todas las cuestiones que puedan surgir o plantearse sobre este certamen son de exclusiva competencia del editor de jsanchezmingo.blogspot.com en calidad de convocante.

8.- La participación en este concurso implica el conocimiento y aceptación de las bases que lo regulan, así como el acatamiento de cuantas decisiones adopte el editor de
jsanchezmingo.blogspot.com en lo relativo a su interpretación y aplicación.

Madrid, diciembre de 2023

Diario de Madrid, el blog de Julio Sánchez Mingo

jsanchezmingo.blogspot.com