El
legado
Juan
Sánchez Martín
unicef.es |
—He visto que en tu testamento dejas
todo tu dinero a UNICEF. ¿Estás loco? Ya estás yendo al notario a
modificarlo.
—Yo he sido muy afortunado y la vida me
ha dado de todo. Lo menos que puedo hacer es devolver a la sociedad
parte de lo que he recibido. Vosotros, ¿para qué queréis más? ¿No
os basta con los dos pisos que os dejo? Además, tú estás muy bien
situado, ganas un dineral, tienes más que de sobra para mantener a
tu mujer y a tus dos niños y recibirás la herencia de tus padres:
mucho dinero y las casas de Madrid y de la playa. ¿No te parece
suficiente?
—Vivo
como un marqués. No me falta de nada. Viajo. Voy a todo tipo de
espectáculos. No me compro ropa de grandes marcas ni relojes de
lujo. Me traslado andando y en metro. Acudo a locales sencillos y no
derrocho. No tengo necesidad de presumir ni de alardear frente a
nadie. Y ahorro para que el legado a UNICEF sea lo mayor posible.
Una decisión personal muy solidaria. Y al que no le guste que se aguante.
ResponderEliminarCada quien decide hacer lo que guste con su dinero,y cuando es para una noble causa es respetable.ademas algo irónico mientras algunos piensan a quien dejar sus bienes algunos luchan por sobrevivir
ResponderEliminarNo sólo es irónico, creo que es injusto que haya gente que nada tiene o que lucha por sobrevivir y haya otros cuyas necesidades están más que cubiertas.
EliminarY bueno es que los que más tienen ayuden, de la forma que sea, a aquellos que viven en el más absoluto desamparo.
Gracias por su comentario.
Una buena decisión por su parte, si la familia está en una buena posición económica, no necesita heredar, en cambio UNICEF, cuanto más reciba, a más personas puede ayudar
ResponderEliminarQue bonito, un acto de Amor hacia los otros seres inocentes que carecen de lo más esencial para vivir, solo por una casualidad, haber nacido en un país o en una familia con muchísima pobreza.
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