06 julio 2019


Hoy es el chupinazo y mañana San Fermín

A nuestra amiga Chon


Otro punto de vista

Jesús Ramos Alonso

Racve

¡Me tienen harto los mozos con tanto cántico! Muuuu...
Déjalos, nos distraen de la escabechina. Muuuu...
¿Escabechina? ¿qué escabechina?
¡Estás en la inopia, toro!, ¿no has oído a los cabestros...? ¿Te acuerdas de Cuba, ese torete que se lo llevó un camión y no volvió? Dicen que le hicieron perrerías antes de atravesarlo con un estoque...
¡Qué animalada!
...y que nosotros correremos la misma suerte.
¡Qué horror!, atravesados por un estoque.
Cuba, ya agonizando, corneó al diestro en el muslo. Le dieron un premio por bravo: ¡eso que se llevó!
Pues yo tampoco me voy de vacío; antes de espicharla ensarto tres o cuatro mozos.
Eso será si te deja San Fermín, el de la música.
¡No me ha de dejar! En la curva de Estafeta me zampo al primero, y al resto en el callejón: amontonados, se les pincha mejor.
¡Es un diablo ese Fermín! En cuanto le rezan esa letanía no hay quien pille cacho.
¿¡Cómo se las apañará para aguarnos la fiesta!?
Para mí que es un trilero, solo que con un capote rojo en lugar de cubiletes.
¡Qué bonito es el rojo!
¡Ya te digo!, nos pierde el rojo.
¡El cohete!, ¡corre!
Muuuuuuuuuuu...


El milagro de San Fermín

Julio Sánchez Mingo


Villar López (EFE).

Dice mi amiga Campo que al creer intensa y apasionadamente en algo que no existe, lo creamos.
Ginés Morata, el prestigioso científico, afirma: "Dios no nos ha creado a nosotros: los humanos hemos creado a Dios”.
Son milagros que obra la mente humana.

En la cuesta de Santo Domingo, antes de la suelta de los morlacos desde los corrales, los mozos, casi todos ellos descreídos o no practicantes, presos de la tensión, recitan con fervor:
"A San Fermín pedimos por ser nuestro patrón, nos guíe en el encierro dándonos su bendición. ¡Viva San Fermín!".
Un escalofrío de emoción sacude a todos, corredores y espectadores. Es el momento más intenso de toda la fiesta, el instante previo a enfrentarse a un peligro cierto, con un triste periódico enrollado como única arma.
Y se manifiesta el prodigio de la mente humana y todos creen en el santo y su intercesión. Es el milagro de San Fermín, el capotico que a todos cubre.

4 comentarios:

  1. Vivimos sujetos a demasiadas reglas, pero cuando conseguimos liberarnos de ellas nos mostramos naturales y es cuando vuestro corazón os dicta esos bonitos relatos que habéis realizado, para deleite de vuestros lectores.

    ResponderEliminar
  2. Siempre tenéis algo interesante que contar, por eso me gusta leeros

    ResponderEliminar

Los comentarios de este blog están sujetos a moderación. No serán visibles hasta que el administrador los valide. Muchas gracias por su participación.