Hoy
es el chupinazo y mañana San Fermín
A
nuestra amiga Chon
Otro
punto de vista
Jesús
Ramos Alonso
—Déjalos,
nos distraen de la escabechina. Muuuu...
—¿Escabechina?
¿qué escabechina?
—¡Estás
en la inopia, toro!, ¿no has oído a los cabestros...? ¿Te
acuerdas de Cuba,
ese torete que se lo llevó un camión y no volvió? Dicen
que le hicieron perrerías antes de atravesarlo con un estoque...
—¡Qué
animalada!
—...y
que nosotros correremos la misma suerte.
—¡Qué
horror!, atravesados por un estoque.
—Cuba,
ya agonizando, corneó al diestro en el muslo. Le dieron un premio
por bravo: ¡eso que se llevó!
—Pues
yo tampoco me voy de vacío; antes de espicharla ensarto tres o
cuatro mozos.
—Eso
será si te deja San Fermín, el de la música.
—¡No
me ha de dejar! En la curva de Estafeta me zampo al primero, y al
resto en el callejón: amontonados, se les pincha mejor.
—¡Es
un diablo ese Fermín! En cuanto le rezan esa letanía no hay quien
pille cacho.
—¿¡Cómo
se las apañará para aguarnos la fiesta!?
—Para
mí que es un trilero, solo que con un capote rojo en lugar de
cubiletes.
—¡Qué
bonito es el rojo!
—¡El
cohete!, ¡corre!
—Muuuuuuuuuuu...
El
milagro de San Fermín
Julio
Sánchez Mingo
Villar López (EFE). |
Dice mi amiga Campo que al creer intensa y apasionadamente en algo que no existe, lo creamos.
Ginés
Morata, el prestigioso científico, afirma: "Dios no nos ha
creado a nosotros: los humanos hemos creado a Dios”.
Son
milagros que obra la mente humana.
En
la cuesta de Santo Domingo, antes de la suelta de los morlacos desde
los corrales, los mozos, casi todos ellos descreídos o no
practicantes, presos de la tensión, recitan con fervor:
"A
San Fermín pedimos por ser nuestro patrón, nos guíe en el encierro
dándonos su bendición. ¡Viva San Fermín!".
Un
escalofrío de emoción sacude a todos, corredores y
espectadores. Es el momento más intenso de toda la fiesta, el
instante previo a enfrentarse a un peligro
cierto, con
un triste periódico enrollado como
única arma.
Y
se manifiesta el prodigio de la mente humana y todos creen en el
santo y su intercesión. Es el milagro de San Fermín, el
capotico que a todos cubre.
¡Qué viva la fiesta!
ResponderEliminarVivimos sujetos a demasiadas reglas, pero cuando conseguimos liberarnos de ellas nos mostramos naturales y es cuando vuestro corazón os dicta esos bonitos relatos que habéis realizado, para deleite de vuestros lectores.
ResponderEliminarSiempre tenéis algo interesante que contar, por eso me gusta leeros
ResponderEliminarMuchas gracias en nombre de los dos.
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