Mentiras
y triste realidad
Julio
Sánchez Mingo
 |
| Mohammed
Talatene |
En
Beit Hanun,
al norte de la franja de Gaza, por una calle de tierra acribillada a
bombazos, flanqueada por ruinas de casitas bajas —mas
bien chabolas—,
avanzan en formación dos tanques de las Fuerzas de Defensa de Israel
(IDF). El silencio absoluto del lugar solo es roto por el rechinar de
las cadenas de los vehículos. De improviso, de entre los escombros,
surge Amal, un niño palestino de ocho años, demacrado,
enflaquecido, pálido, viva estampa de la necesidad, y se dirige
corriendo
a los guarecidos tripulantes de uno de esos monstruos de acero
implorándoles
agua y comida. Una ráfaga de ametralladora detiene su inocente
osadía. Cae desplomado, muerto. Un alarido desgarrador brota de
entre los restos de lo que fue un hogar. Es Abeer, la madre de Amal.
El otro carro lanza un cohete contra el punto de origen del
espeluznante lamento. Siguen una explosión, fuego y más
destrucción. Azriel
Hanan, el artillero que ha disparado el proyectil, se pone en
contacto por radio con su mando de zona: “Han intentando que
picáramos el anzuelo pero no hemos caído en la trampa. Tranquilidad
absoluta. Todo en orden”. Se vuelve a hacer un
hondo
silencio.
Mientras
tanto, a miles de kilómetros de allí, un individuo, de mirada torva
y expresión adusta, se enfrenta desafiante a una sala casi vacía,
que acaban de abandonar hace unos minutos, entre silbidos y abucheos,
sus pares de más de ciento cincuenta países, en un gesto de
desprecio sin parangón en ese foro. Durante cuarenta minutos suelta
una retahíla de mentiras, falsedades y tergiversaciones de la
realidad. Pero no dirá, entre otras tantísimas cosas, que:
-
En 1883, comienza la primera ola de inmigración masiva de judíos a
Palestina, conocida como aliyá. En torno a 35.000 judíos llegaron a
Palestina durante las siguientes dos décadas, en su mayoría
provenientes de Europa Oriental y Rusia, empujados por sucesivos
pogromos y por el antisemitismo imperante en la Europa de la época.
-
En 1896, Theodor Herzl publica El
estado
judío,
sustento teórico del movimiento sionista, que potencia la emigración
judía a Palestina con el fin último de crear un estado hebreo.
-
En esa época, Palestina formaba parte del Imperio otomano y estaba
habitada por árabes cristianos y musulmanes, en su gran mayoría,
así como por una pequeña comunidad de judíos religiosos que,
aunque minoritaria, tenía una implantación significativa en la
ciudad de Jerusalén y sus alrededores.
-
A principios del siglo XX, en el marco de la Gran Guerra, Israel fue
un proyecto neocolonial británico desarrollado para apuntalar sus
intereses expansionistas en Oriente Medio y asegurarse el suministro
de hidrocarburos
de un área que llegaba hasta la India.
-
En 1904 comienza la segunda aliyá, que hasta 1914 lleva a cerca de
40.000 judíos, sobre todo rusos, a asentarse en tierras palestinas.
-
1917: El gobierno británico emite la Declaración
Balfour,
en la que "… contempla con beneplácito el establecimiento en
Palestina
de un hogar nacional para el pueblo
judío
y hará uso de sus mejores esfuerzos para facilitar la realización
de este objetivo, entendiéndose claramente que no se hará nada que
pueda perjudicar los derechos civiles y religiosos de las comunidades
no judías existentes en Palestina, o los derechos y el estatus
político de los judíos en cualquier otro país… ".
-
En 1919,
tras
una breve interrupción por la Primera
Guerra Mundial
se renueva la inmigración judía hacia Palestina con la tercera
aliyá,
que en tan solo cuatro años lleva
a 40.000 emigrantes judíos a establecerse en Palestina, la mayoría
de ellos provenientes de Europa Oriental.
-
En 1922, entra en vigor el Mandato
británico de Palestina
por encomienda de la Sociedad
de Naciones.
Se formaliza así la presencia británica en Palestina,
territorio que ya controlaban de hecho desde 1917, tras haber
expulsado a las fuerzas otomanas
durante la Gran
Guerra.
-
Unos 82.000 emigrantes judíos, sobre todo provenientes de Polonia,
llegan a Palestina durante la cuarta
aliyá,
entre 1924 y 1929.
-
En 1929 comienza la quinta
aliyá,
que durante la siguiente década llevará a Palestina a unos 250.000
judíos, la mayoría de ellos de Europa Oriental y Alemania,
influidos en gran medida por el ascenso al poder del partido
nacionalsocialista
en Alemania
en 1933.
-
1936: Estalla una
importante revuelta árabe
—la
que
de alguna manera fue la
primera Intifada—
contra el dominio
británico de Palestina
y contra las continuas olas
de inmigración judía.
En los siguientes tres años, el control británico de la región
estuvo a punto de colapsar pero, finalmente, la revuelta es aplastada
con la muerte o encarcelamiento de los principales líderes
palestinos, la aprensión masiva de armas y el desmantelamiento de
las principales organizaciones sociales palestinas, lo que influiría
decisivamente en los conflictos armados de la década siguiente.
-
En
1937,
durante
la revuelta
árabe de Palestina,
el gobierno británico encarga a una comisión encabezada por Lord
Peel que investigue los motivos del malestar general existente en el
Mandato
británico de Palestina
y de los frecuentes choques entre comunidades. La comisión
Peel
achaca el malestar al deseo de independencia árabe, el miedo a la
dominación judía, las noticias de la independencia de Irak,
Egipto,
Siria,
Transjordania
y Líbano,
las oleadas
de inmigrantes judíos,
la falta de oportunidades de los árabes con respecto a los judíos
en los recursos a las autoridades del Mandato, la alarma por la
continua compra de tierras por parte de entidades judías y la
ambigüedad de las autoridades británicas con respecto al futuro
del Mandato. Por primera vez se recomienda la partición
del Mandato en un estado
árabe
y otro judío.
- 1939: El parlamento británico aprueba el denominado como Libro
Blanco,
un documento que en la práctica revoca lo expuesto en la
Declaración
Balfour
y expresa que el hogar nacional judío preconizado por esta debería
construirse dentro de un
solo estado
plurinacional en Palestina, en el que la mayoría demográfica en
aquel momento era árabe
palestina.
Este documento también limitaba la inmigración judía a una cuota
de 75.000 inmigrantes para
los siguientes 5
años.
-
En 1939 los hebreos significaban menos
del 30% de la población de Palestina y poseían, según los
registros británicos, el 6,6% de la propiedad de la tierra frente a
un 43% de propiedad privada árabe. El resto era propiedad comunal
árabe. Así se entiende que en los años posteriores y hasta la
fecha, se haya acelerado la limpieza étnica de palestinos árabes
mediante grandes desplazamientos de población, la destrucción de
su territorio y la creación de gigantescos campos de refugiados,
con
millones de recluidos.
-
El 29 de noviembre de 1947 fue aprobado el plan
de partición
de las Naciones Unidas, que preveía la división de Palestina en dos
estados —un
estado judío y un estado árabe. Estalla la guerra
civil en el Mandato británico de Palestina.
Da comienzo la expulsión o huida de gran parte de la población
palestina en un proceso conocido como nakba.
-
El 14 de mayo de 1948, David
Ben-Gurión
declara el establecimiento del estado
de Israel.
Un día después comienza la guerra árabe israelí de 1948. La nakba
continúa hasta algo después del fin de la guerra y deja más de
700.000 civiles palestinos en el exilio.
-
En
febrero de 2025, Hamoked,
una
ONG israelí especializada en derechos humanos, cifra en 9.846 los
palestinos encarcelados en prisiones israelíes. De ellos, 1.734 son
prisioneros ya condenados; 2.942 son procesados a la espera de
sentencia; 3.369 son presos que no han pasado por un juicio, llamados
detenidos
administrativos —una
categoría que permite renovar indefinidamente la detención de una
persona basándose en información clasificada— y 1.802 son
personas detenidas como combatientes
ilegales,
una categoría que no existe dentro del derecho internacional.
El
sionismo es una historia de cerrilismo, soberbia y egoísmo, donde
los intereses económicos del más fuerte priman, como siempre, sobre
los del más debil. Todo ello aderezado con mucha violencia, fruto de
almas frías y distantes, incapaces de la mínima empatía.
Influencia determinante en el comportamiento de muchos sionistas, en
su radicalización, la tienen la propaganda, el adoctrinamiento, la
persuasión coercitiva, la manipulación psicológica y el miedo
generado por un continuo señalamiento de un enemigo, real o
imaginario.
Significado
de
los nombres
en árabe y hebreo
Amal:
esperanza, aspiración.
Abeer:
fragancia, aroma, perfume.
Azriel:
ayudante de Dios.
Hanan:
compasión, misericordia.