1940 y 2025. Nazis y sionistas
Julio Sánchez Mingo
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Heidi Levine. TWP. |
El periodista sevillano Manuel Chaves Nogales escribía el 6 de febrero de 1940:
“Los relatos de atrocidades cometidas por los alemanes en Polonia, están demostrando algo que el mundo se resistía a creer. Que la dominación hitleriana se asienta, no en el sometimiento y explotación del vencido, no en la imposición de la ley más o menos dura del vencedor, sino en el aniquilamiento total del adversario y su extirpación radical merced al progreso mecánico moderno para suprimir a masas enormes de humanidad y reducir a la esclavitud total a los supervivientes.
Esta realidad actual es tan monstruosa que es de difícil comprensión, porque nunca antes había sido posible ni siquiera en épocas más luctuosas, más bárbaras. Los grandes caudillos bárbaros de la antigüedad no eran más piadosos que los nacionalsocialistas, pero por mucha que fuera su crueldad, tenían un límite: el de la imposibilidad física de asesinar o esclavizar a muchedumbres ilimitadas. Se podía pasar a degüello a una guarnición, cargar de cadenas a los habitantes de una ciudad, de un país, pero no había el modo físico de aniquilar a pueblos enteros de millones de habitantes”.
Si cambiamos Polonia por Gaza, Alemania por Israel y nazismo por sionismo, ¿esas líneas no las podría estar firmando estos días cualquier corresponsal destacado en Jerusalén? ¿No estamos asistiendo al mismo cruel e inhumano espectáculo en las tierras palestinas?
Y continuaba Chaves Nogales en su artículo:
“Los nacionalsocialistas están haciendo esto en Polonia, sistemáticamente, científicamente. Para esto sirve la ciencia humana. El estado moderno, con su vasta organización policíaca, sus armas automáticas y sus campos de concentración, ha proporcionado a la barbarie nacionalsocialista un instrumento de dominación ideal con el que habría soñado Gengis Khan.
El mundo incrédulo se resiste a creerlo; cuando se habla del terror nazi en Polonia, las gentes ingenuas se imaginan sencillamente escenas dramáticas de ocupación por un ejército victorioso, como tantos otros casos de conquista registrados en la historia de la edad moderna.
Siempre hubo matanzas, deportaciones en masa de judíos, siempre se ha perseguido a intelectuales rebeldes y siempre se ha fusilado a los patriotas vencidos. Ha sido necesario que el Vaticano, prescindiendo de su cautela política, lance al mundo, por medio de la radiodifusión, un grito agudo de horror para que empiece a entreverse la horrenda verdad. Pero los sacerdotes fusilados por docenas, como los patriotas ejecutados a millares, no representan la máxima crueldad del nazismo. Lo espantoso es el pensar en los cientos de miles de hombres deportados, encerrados en campos de concentración, traídos y llevados como ganado, desposeídos de todos sus bienes y separados de sus familias. Para poner una barrera a esta barbarie nazi, está la guerra, y solo quienes sigan haciéndose vanas ilusiones sobre el verdadero sentido de la dominación hitleriana, pueden desinteresarse de la contienda europea. Quienes sabemos, por dolorosa experiencia, lo que el nazismo significa, no admitimos esa opción”.
¿No le parece a mi estimado lector que se repite la Historia? ¿Somos conscientes de la tragedia de los miles de refugiados y desplazados gazatíes o de los miles de prisioneros palestinos inocentes recluidos sin juicio en las cárceles de Israel? Ahora el papa Francisco y León XIV, como ya hizo entonces el Vaticano, denuncian las monstruosidades que se cometen en Oriente Medio.
El comprensible, pero no justificable, terrorismo de Hamás debe ser combatido con los medios legales que se ponen a disposición de cualquier estado, no cometiendo un genocidio contra todo un pueblo. ¿Nos imaginamos lo que hubiera sido si para erradicar a ETA del País Vasco o IRA del Ulster se hubiera aplicado la misma política criminal de Netanyahu en Gaza y Cisjordania?
Primo Levi, superviviente de Auschwitz, siempre trató de que los crímenes del nazismo fueran conocidos para que no se volvieran a repetir hechos abominables similares en otros momentos y circunstancias. Sin embargo, asistimos al atroz espectáculo de Vietnam, al genocidio del pueblo camboyano a manos de los jemers rojos o a las matanzas indiscriminadas de los refugiados palestinos de los campos de Sabra y Chatila. Levi no contó con la condición humana, que en días transmuta a un pobre diablo en el más criminal y sanguinario asesino. Curiosamente, en sus textos, cita repetidamente casos de personajes que siguieron esa trayectoria. Es una inconcebible paradoja que los hijos y nietos de las víctimas de Hitler y sus acólitos se hayan convertido en los verdugos de un pueblo cuyo único delito ha sido habitar pacíficamente hasta 1946 un territorio que unos iluminados reivindicaban como su Tierra Prometida y que las potencias aliadas, con el apoyo y la aquiescencia alemana, les adjudicaron para lavar sus malas conciencias por sus comportamientos criminales, por acción u omisión, durante el III Reich y la II Guerra Mundial.
Chaves Nogales propugnaba la guerra, como puede leerse más arriba, para terminar con la pesadilla y el delirio nazi. Ahora mismo, para acabar con el genocidio palestino perpetrado por los sionistas, bastaría que el empresario delincuente y corrupto sentado en la poltrona de Washington diera un manotazo sobre la mesa y forzara a Netanyahu y sus esbirros a parar sus campañas de exterminio. Pero hay muchos plutócratas interesados y las grandes masas de la población mundial se muestran indiferentes ante los crímenes del estado terrorista de Israel. Somos nosotros mismos quienes con nuestra apatía, desapego, impasibilidad e insensibilidad ya hemos terminado con la vida de al menos quince mil niños gazatíes.
Es terrible, y ahí estamos como bien dices sin hacer nada.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con lo que expones, Julio.
ResponderEliminar¿Cómo un pueblo que fue víctima del Holocausto puede comportarse de manera tan atroz e inhumana?
Y el energúmeno de Washington esperando a que Netanyahu acabe de arrasar Gaza para hacer resorts de lujo.
Como igualmente está dando a Putin todo el tiempo del mundo para acabar de arrasar Ucrania y repartirse con él los recursos del país.
Porque creo que el pueblo no tiene mucho que ver sino más bien sus gobernantes o líderes (Netanyahu, en este caso) por razones no muy claras que solo él sabe. En todo caso, es bien cierto que la historia se repite. Un beso, Pachy.
EliminarCualquier persona de bien se ha conmovido, extremecido e indignado visionando los documentos que acreditan la vesania con que los nazis trataron a los judíos . Son imágenes que golpean las conciencias cada vez que se vuelven a ver y que nos llevan a preguntarnos como fué posible aquello. Pues fué posible por lo que tú dices al final del artículo, por la indiferencia de los más frente a la crueldad de los menos. Todos nos preguntamos lo mismo, ¿ cómo es posible que los hijos y nietos de aquellas personas estén cometiendo estás atrocidades?¿ es que no tienen memoria?. ¿ Y qué hacemos los demás?. Nada. Como no nos pasa a nosotros miramos para otro lado. Cuando vengan a por nosotros, como en el poema de Brecht, para dónde miraremos.
ResponderEliminarAl finalizar la II Guerra Mundial, muchos se justificaron diciendo que no sabían. Hoy en día sabemos todo gracias a la labor de los periodistas, muchos de ellos palestinos, de los que tantos han sido asesinados.
ResponderEliminarMe avergüenzo de ser italiano. Nuestro ministro de Exteriores ha afirmado que Israel no ha cometido crímenes de guerra.
El primer ministro Sánchez ha declarado que no tratarán con un estado que está cometiendo un genocidio.
La humanidad no ha muerto, viva mi España.
Ugo, ayer, en el Congreso de los Diputados español, la derecha representada por PP y Vox se negó a censurar a Israel por su genocidio en Gaza, lo que me disgustó sobremanera. Y lo hicieron porque su política no responde a otra idea que la de oponerse sistemáticamente a la coalición que lidera el PSOE de Sánchez. Si éste apoyara al estado sionista, ellos lo descalificarían y apoyarían a los palestinos. Politiquería, no Política seria, nacional.
EliminarHace media hora, Feijóo ha suavizado su posición censurando los ataques de Israel. Pero eso sí, cargando todas las culpas sobre Hamás.
EliminarTienes razón, Moyita, ha sido una expresión poco afortunada que hace pensar que generalizo.
ResponderEliminarNo se puede identificar a Netanyahu y adlateres con "el pueblo judío".
Creo que sí que se puede, al menoscon el pueblo israelí.
EliminarNetanyahu gobierna tras haber sido votado por sus paisanos en varias ocasiones. Y muchos judíos de otro países lo apoyan. Creo que hay una responsabilidad colectiva.
A toro "pasando" (que no pasado), era pronosticable que los horrores nazis terminasen generando más sed de venganza que sentimiento de horror. Por desgracia, desde que el mundo es mundo abundan los Netanyahu (y los Von der Leyen) y escasean los Primo Levi (y los Pepe Mugica). Y todo sucede, de nuevo, ante la impavidez de Europa, maestra de cinismo y no de civilización. Como dice el poeta, "estamos en la prehistoria: he aquí una frase que durará". Shame on us!
ResponderEliminarEnhorabuena por tu artículo. Comparto completamente su contenido. Estoy especialmente sensibilizado con este tema, ya que me produce un tremendo asco como muchas personas hacen ahora lo mismo que los alemanes durante el nazismo: mirar para otro lado. Me produce un enorme desasosiego ver cómo esas personas (en su mayoría de “orden”) lavan su conciencia pensando que la culpa es de los “otros” y que al fin y al cabo los que mueren no son de los “nuestros”, léase occidentales y de tradición cristiana, sino “moros”. El concepto de “reconquista” inventado en el siglo XIX e impuesto en la enseñanza de la historia de España desde entonces, sigue haciendo mucho daño en la consideración a nuestros vecinos del sur y por ende, a todos los que comparten su tradición cultural.
ResponderEliminarDe acuerdo con todo Julio ,
ResponderEliminarSolo comentar que en la última parte de tu artículo mencionas al presidente de EEUU .
Nadie puede ser presidente de EEUU sin el beneplácito del Loby judío. Eso es y será así.
A partir de eso... tu mismo
Totalmente de acuerdo con usted es una realidad tan arroz, que no cambia a pesar de los años, se sigue exterminando personas inocentes en la actualidad. Por ejemplo, en Gaza y Palestina mueren todos los años con bombas y missiles hacia hospitales, escuelas y hogares sin importantes: la vida humana. Y nadie hace nada de parte de Israel o Estados Unidos que no les interesa y viven con sus beneficios economics, políticos y militares.
ResponderEliminarFelicitarle por este artículo, por publicarlo y comprometerse. Es incomprensible que ante lo que está ocurriendo en Gaza la sociedad guarde silencio o incluso lo que es peor lo justifiquen.
ResponderEliminarCon sus palabras ha hecho público lo que muchos de nosotros pensamos pero que no tenemos los medios, recursos para transmitir.
Quizás, con artículos de este tipo, algo empiece a cambiar, se remuevan conciencias o nos empecemos a movilizar para manifestar nuestro rechazo a esta barbarie y mostrar nuestro apoyo al pueblo palestino.
La calidad periodista, literaria de sus artículos siempre es indiscutible, pero en este caso lo más destacable es su calidad humana.
Gracias.
EliminarEstupendo artículo!!
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