22 marzo 2024

La dignidad ante la muerte

Julio Sánchez Mingo



Antonio, un napolitano de cincuenta años, un hombre guapo, moreno y atractivo, ingresa en el quirófano para ser intervenido de un cáncer con metástasis múltiples. A la vista de su situación, en un estadio previo a la agonía, con los ojos amarillos tirando a marrones por la ictericia, el cirujano consulta con el anestesiólogo si cree oportuno operarle, dado que no le considera ni en condiciones de afrontar semejante agresión física, ni viable clínicamente. El facultativo especialista en narcóticos, sedantes, adormecedores y reanimación, se ofrece a hablar con Nataliya, la esposa del paciente. Es una bella ucraniana, de unos cuarenta años. Se la ve muy enamorada del marido. No tienen hijos. Enseguida ella comprende la triste e implacable tesitura. Acepta con dignidad y temple que el enfermo ya no tiene futuro y consiente que no sea intervenido y se apresta a comunicarle la dura y cruda realidad, que él también asume de inmediato. Dirigiéndose a su mujer, dice: "Anda, vámonos a casa".

A pesar de sus cuarenta y tres años de experiencia profesional como médico anestesista, nuestro galeno abandona el hospital al final de su jornada que se ha visto lamentablemente muy acortada muy conmovido.

PD. Salvo el nombre de los dos protagonistas, ésta es una historia real, de esta misma semana.


 

15 comentarios:

  1. Ayer por la tarde Antonio se fue de esta vida. Por unas horas volvió a casa. Un ejemplo de coraje y dignidad ante la muerte, como testimonia, con empatía humana y admiración, el relato de Julio. Gracias por haber compartido y amplificado un episodio que en su simpleza tiene rasgos de heroísmo existencial.

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    1. Y muchísimas gracias al cirujano y al anestesiólogo por no haber practicado el ensañamiento terapéutico con una persona, que lo era antes que paciente.

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    2. Desde luego es muy duro tener que asumir esa situación pero yo creo que no se tenía que haber llegado al quirófano para plantearla. Hay pasos previos sin necesidad de llegar a ese extremo. Espero no tenga que llegar yo a esa situación, ni conmigo, ni con cualquier persona vinculada a mi por familiaridad o amistad.

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    3. Lamentablemente, hay médicos que llevan el ensañamiento terapéutico hasta límites inhumanos. Me han contado cada historia...

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  2. Por lo que veo,era amigo vuestro,os acompaño en la pena
    También pienso que no debía haber llegado a quirófano
    Cuando no hay solución terapéutica adecuada hay que optar por los cuidados paliativos que son más humanos

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    1. Gracias, pero el paciente no tenía relación personal con ninguno de nosotros.

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  3. Medicina tradizionale, chirurgo, cure palliative…. Non si possono giudicare le scelte in momenti così difficili e dolorosi: ognuno si rivolge là dove trova speranza. L’eroismo sta nell’accettare la situazione con serenità quando, purtroppo, si capisce che la speranza non può più esserci. Tutti speriamo di non trovarci mai in una situazione simile… ma, se fosse, vorrei avere la stessa forza d’animo

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    1. Traducción.
      Medicina tradicional, cirujano, cuidados paliativos...
      Es difícil evaluar las distintas opciones a tomar en momentos tan difíciles y dolorosos: cada cual se remite allí donde ve esperanza.
      El heroísmo radica en aceptar la situación con serenidad cuando, lamentablemente, se comprende que ya no hay esperanza alguna.
      Todos esperamos no tener que encontrarnos nunca en una situación similar. Pero, si así fuera, me gustaría tener la misma fuerza de espíritu.

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  4. Para evitar este tipo de situaciones, recomiendo registrar el testamento vital, donde puedes especificar claramente tus deseos en cuanto a cuidados médicos para el momento en que tu estado físico o mental te impida tomar decisiones sobre estos asuntos. Su nombre legal es Voluntad Vital Anticipada, y queda unido a tu historial médico.

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    1. Cuidado, vivimos en reinos de Taifas. En cada región autónoma toma un nombre distinto:

      Documento de Voluntades Anticipadas (DVA) en Aragón, Baleares, Castilla-La Mancha, Catalunya, Euskadi, Navarra y la C. Valenciana.
      Documento de Instrucciones Previas (II PP) en Asturias, Castilla y León, Galicia, La Rioja, Madrid y Murcia.
      Voluntades Vitales Anticipadas en Andalucía.
      Manifestación Anticipada de Voluntades en Canarias.
      Voluntades Previas en Cantabria.
      Expresión Anticipada de Voluntades en Extremadura.

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  5. Mi objetivo al escribir esta breve pieza no era abrir un debate sobre el ensañamiento terapéutico o la idoneidad del testamento vital.
    Simplemente quería destacar la dignidad ante la muerte de una persona y la presencia de ánimo de su mujer que, con su país en guerra —a saber de la situación de su familia—, pierde también a su marido.

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  6. Roberto Omar Román23 de marzo de 2024, 13:18

    Conozco a este estupendo anestesiólogo, un hombre excepcional, lo felicito y encomio su proceder.
    Un abrazo

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  7. Yo encuentro admirable, tres cosas en este artículo, la nobleza de los médicos al asumir que no pueden hacer nada por ese paciente, la valentía de la mujer por transmitir al marido la situación y la dignidad del enfermo por su: "anda vamonos a casa"

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  8. Sí, realment creo que el relato es un gran ejemplo de dignidad ante la muerte. En occidente la cultura de la muerte anda muy maltratada; no la cultivamos, no asumimos la muerte, hemos abandonado la espiritualidad (y no me refiero a la religión, la espiritualidad es más general, más amplia...). Al relato yo le eliminaría las referencias a la belleza física de ambos personajes, que nada tiene que ver con la cualidad espiritual de su dignidad. Gracias, Julio.

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    1. Gracias por el comentario.
      Yo he relatado este suceso tal cual me lo narraron por teléfono el mismo día 20 de marzo a mediodía, la semana pasada, un par de horas después de ocurrir.
      Por ello he recogido el aspecto físico y la edad de los protagonistas, en los que me hicieron hincapié. La enfermedad no perdona a nadie y supongo que al testigo le impactaría el contraste entre el atractivo del paciente, también sus pocos años, y su estado de deterioro tan avanzado.
      Creo que si no hubiera incorporado esos detalles, perdería realidad la descripción y nos impresionaría menos. ¿Acaso nos hubiera llegado tanto la muerte de Lady Di si se hubiera tratado de una princesa de noventa años, una ancianita venerable?
      Además, edad, belleza o fealdad forman parte de nuestra identidad y de la vida. ¿Por qué obviarlas y no mencionarlas?

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