30 julio 2021

Lluvia

Joaquín Lozano Torres

 


Hay un sonido un tanto sostenido y característico en el que solo reparo si no hay ruido alguno fuera de la casa. Se trata del que hacen las gotas que caen desde el balcón de arriba sobre el prominente tubo de aluminio destinado a evacuar el agua que cae sobre mi descubierta terraza.

Pues bien, cuando en la tranquilidad de la primera hora de la mañana y apenas ha comenzado a clarear, se escucha ese toc, toc, toc, no hace falta abrir la persiana para saber que llueve y un primer pensamiento en automático aparece: ¡bien!, por fin llueve.

Con tan feliz novedad, ni que decir tiene que decido ir al campo para ver si, entre lo que ayer cayó y lo que esta mañana promete, será suficiente para enmendar el mal camino de agostamiento que algunos árboles, cargados de fruta, ya muestran a causa de tantos días de rigor veraniego que ni siquiera el goteo es capaz de contrarrestar.

El gris de la mañana producto de un continuo sirimiri, lejos de parecer triste se vuelve el color más alegre posible porque esa lluvia leve que todo lo empapa no es más que el mejor medio posible para que se limpie el aire, para que las primeras hierbas asomen, para que vuelva a enderezarse esa vegetación agotada que bordea el cauce del arroyo hoy seco. Para que, en definitiva, comience un nuevo ciclo de renovación y pueda de nuevo surgir la vida.

Al entrar con el coche en la finca, entre los olivos veo un grupo de tres burritos, uno de ellos demasiado pequeño y lógicamente sé que habrán salido del refugio que mi amigo Luis tiene al otro lado de la estrecha carretera que llamamos el camino de la Palma. A mí, faltaría más, me parece bien que entren por allí cuando quieran así que no le doy mayor importancia y sigo porque, camino arriba, hay un coche parado y no sé de quién será. Pero, cuando me acerco, veo que es precisamente el de Luis así que me bajo y sigo a pie para ver por dónde anda. Efectivamente, están muy cerca y viene caminando con Cristina a mi encuentro.

¿Qué tal Luis, cómo estáis? ¡Qué alegría de mañana!.

Así mismo es pero estamos buscando a la burrita Ainhoa que ha parido en tu finca y no la encontramos.

Pues ahí abajo está que la acabo de ver con otros dos.

Claro, va con Ume1 y el recién nacido.

Nos dirigimos al sitio y allí están los tres. Verdaderamente, es increíble que en esto, como en tantas otras cosas, los animales hacen mucho mejor las cosas que los humanos. Es siempre sorprendente que acabado de nacer, sobre esas temblorosas y frágiles patas, en pocos minutos el lógico temor a lo nuevo se torne en confianza y arranque a andar como si nada. Un primer biberón directamente de la madre bajo la atenta y curiosa mirada de Ume y los tres te miran como diciendo eso de vámonos que nos vamos.

Es entonces cuando Luis me comenta que Ume ha estado toda la noche acompañando a Ainhoa y que por la mañana, antes del alba, salió de su finca con ella. Se ve que estuvo a su lado hasta que el parto felizmente concluyó y solo entonces fue cuando regresó desde el improvisado paritorio en mi finca para ir en busca de Luis y a su manera, participarle la buena nueva.

Ya no llovía pero la criatura recién llegada al mundo solo podía llevar el nombre con el que ha sido bautizada: Lluvia.

Al poner la radio del coche, cuando ya concluyo la jornada mañanera de faena colocando una serie de gomas de riego, sus conexiones, goteros y demás, una canción suena; es Roberto Carlos y dice algo con lo que no puedo estar más de acuerdo:

"Yo quisiera ser civilizado, como los animales... "

1Ume, por UME, Unión Militar de Emergencias.

8 comentarios:

  1. Me gusta la sensibilidad que muestra en su escrito, cuando describe el momento en el que escucha el sonido del agua, al caer y, la alegría que le produce reconocerlo, por lo que representa para el campo; también me gusta, como aprecia el color del día, que la lluvia ha teñido de gris provocándole felicidad, en lugar de melancolía. Es muy tierno ver como los animales cuidan de su pareja y de sus crías cuando se necesitan, aunque luego cada uno tome un camino distinto.
    Un relato muy dulce que te deja buen sabor de boca al leerlo. Gracias por compartirlo.

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    1. Muchas gracias por esas amables palabras. Saludos cordiales

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    2. Muchas gracias por esas amables palabras. Saludos cordiales

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  2. Excelente texto. Gracias por compartirlo. Un abrazo desde Argentina.

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  3. Excelente texto. Gracias por compartirlo. Un abrazo desde Argentina.

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  4. Me ha encantado , me ha llegado los olores que emanan de la lluvia en la tierra seca. La estampa de los burritos en el campo sensación de libertad. Enhorabuena Joaquin

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    1. Pues muchas gracias. Ya echamos en falta otra rociada. Saludos

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