El atentado
Julio Sánchez Mingo
Fiscalía de Ciudad de México |
El atentado cometido hace un par de
semanas contra el secretario de Seguridad de Ciudad de México reúne
todos los ingredientes que, día a día, minan, corroen el país
norteamericano. Una situación ante la que todos, vergonzosamente,
miramos para otro lado. Nos encogemos de hombros y nos
autojustificamos
pensando que, dada la estructura política, social y económica de
México, es inevitable que sea así y que nadie puede cambiar nada.
Cada cual trata de mantener su propio statu
quo,
mientras se encomienda a la guadalupana para que el desastre no lo
golpee. Resignación y egoísmo a raudales.
Menudo cóctel se sirvió aquella
infausta mañana de la agresión: violencia desatada, maldad
infinita, crueldad, desprecio por la vida ajena, narcotráfico, un
estado fallido, desigualdad, corrupción que todo lo
impregna y todo lo ensucia, lo
mejor y lo peor de los modos de vida, restaurantes de lujo en Polanco
y un puesto callejero de quesadillas a la salida del metro Auditorio,
infraviviendas en el extrarradio y mansiones en Lomas, alta
tecnología para hacer el mal, balas perforantes del 50 (12,7 mm) y
granadas de fragmentación, despliegue ostentoso de medios de
autodefensa de un responsable gubernativo que no puede evitar la
muerte de dos servidores públicos, una humilde familia que acude
unida a trabajar y queda rota, una actividad económica irregular,
informal como allí la llaman, y, poniendo la guinda, el furgón,
supongo que robado, rotulado con una de las marcas que maneja el
hombre más rico de la nación, uno de los diez mayores potentados
del mundo, que los asesinos utilizaron como barrera.
Balance: unas abuelitas con mascarilla
llorando desconsoladas en la acera, mientras se desarrollaban las
labores periciales, y una familia sin recursos para poder dar tierra
dignamente al sostén de todos ellos, que ese fatídico día
reanudaba su actividad tras el confinamiento. ¡Qué pena!
Que triste y que pena
ResponderEliminarEs por si no tuviésemos bastante la humanidad con el cobid 19. También machacados por terroristas.
ResponderEliminarNarcotraficantes, más bien, que son los dueños de México.
EliminarVaya un panorama triste,es incomprensible y pasa desapercibido para el mundo.Injusticia total😢😢😢😢😢😢😢
ResponderEliminarEs muy triste que mi país tan bello y tan lleno de gente buena se empañe con estás situaciones tan terribles por gente que no tiene escrúpulos,y dañar a personas que se ganan la vida día a día honradamente ��
ResponderEliminarMe dice una amiga desde Naucalpan de Juarez, colindante con Ciudad de México, que está indignada con el gobierno de la capital estado, porque mientras al secretario de Seguridad lo llevaron a un hospital privado de primera, a la hermana herida de la joven muerta la trasladaron a la Cruz Roja. Y eso que el partido en el poder estatal es MORENA (Movimiento de Regeneración Nacional), pretendidamente de izquierdas y que ganó las últimas elecciones por mayoría, con los votos de los más desfavorecidos.
ResponderEliminarQue pena y que impotencia
ResponderEliminarQue terrible. Es muy triste. No tengo palabras.
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ResponderEliminarEl periodo de cuarentena ha resultado ser una amenaza para los cárteles de México, lo que ha ocasionado el aumento de costo en la droga por la escasez de sustancias químicas provenientes de China. Acto seguido, una ola de crímenes se desató entre los cárteles por el control de territorio y las rutas de trasiego de drogas en diferentes estados y con esto los perjudicados, los que más sufren, son el pueblo sencillo y sin armas para defenderse.
Los alcances de la mafia, impune; mientras la población, los comunes debemos continuar defendiéndonos por nosotros mismos, resistiendo. Asesinos merodeadores, atrás de quien no les favorece; llegan a atentar contra los cargos más altos, y también los ocupan.
ResponderEliminarSolidaridad con las víctimas.
desde Ecuador.
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