22 febrero 2019


Pida consejo a los ciudadanos

Julio Sánchez Mingo



Sus consejos no son de fiar
No soy constitucionalista. Pero, como soy viejo, tengo muchas horas de vuelo y, por tanto, discernimiento, capacidad de análisis y sentido común.
Lo mismo trato con un bolero, limpiabotas, que con millonarios o banqueros, hablo tanto con un premio Nobel o un político de primer nivel como con un joven exiliado venezolano, repartidor de comida a domicilio. Como dice el Tenorio: ...Yo a las cabañas bajé, yo a los palacios subí,…
Sé lo que da de sí un magistrado, sus sentencias muchas veces nos sorprenden, un notario, un abogado del Estado o el consejero delegado de una gran empresa. Me he aburrido de oír tonterías en comités de dirección de una multinacional y, por tanto, no me sorprenden las cosas que dicen nuestros políticos en público y que tanto escandalizan. Gente competente de verdad, excelente… hay poca.
El presidente del Gobierno está rodeado de asesores, consejeros áulicos, jefes de gabinete, ministros y demás personajes que continuamente yerran con sus propuestas, son humanos.

El consejo de los ciudadanos
Hemos llegado a un punto en que la problemática catalana parece enquistada y hay que darle una solución.
No sé si nuestro primer ministro conoce o ha leído el artículo 92 de la CE, que dice así: Las decisiones políticas de especial transcendencia podrán ser sometidas a referéndum consultivo de todos los ciudadanos.
En esta ocasión creo que merece la pena que el responsable del Ejecutivo se deje aconsejar por sus conciudadanos, por todos los españoles, los depositarios de la soberanía nacional, en lo relativo a la independencia de Cataluña, un problema que a todos nos compete, por historia, cultura, nexos económicos, relaciones personales, familiares y de todo tipo y por el contrato que a todos liga y obliga, la Constitución. No olvidemos que, precisamente, la soberanía nacional radica en el pueblo español, es decir, en todos y cada uno de los ciudadanos, no en los territorios, según dice el artículo 1.2 de ésa.
Basta convocar un referéndum consultivo con una sencilla pregunta: ¿Desestima la secesión de Cataluña?

Creo que el sentido común del conjunto de los españoles respondería juiciosamente, lo mejor para todos, si exceptuamos la minoría de extremistas y descerebrados que llenan las redes sociales y los comentarios de los periódicos de insultos, descalificaciones y mentiras.
Además, los resultados de la consulta nos permitirían conocer cuántos residentes en las provincias catalanas apoyan su independencia.

Organizar un referéndum cuesta un dineral, pero ahora se podría aprovechar el superdomingo electoral de esta primavera, de modo que los correspondientes gastos se reducirían ostensiblemente. En cualquier caso, demasiados millones de euros nos han costado, hasta la fecha, el llamado procés y sus consecuencias.

Reconozco que una convocatoria de esta naturaleza, que nadie podrá nunca tildar de ilegal ni antidemocrática, requiere valentía política y determinación.

Señor presidente del Gobierno, pida consejo a los ciudadanos.


PD. Es de una enorme irresponsabilidad convocar elecciones generales el 28 de abril y no simultanearlas con el superdomingo de mayo, con el desembolso que ello conlleva. Todo por motivos electoralistas.
Por ejemplo, ¿cuántas plazas de médicos de atención primaria o especialistas, escasean en toda España, se podrían cubrir con el dinero que vamos a pagar por esa cita electoral, alrededor de 150 millones de euros? Grosso modo, un mínimo de 180 facultativos durante 10 años1.
No nos gobiernan pensando en los ciudadanos, sino en sus intereses de partido.

1 Costes salariales estimados basados en informes de Medscape.

3 comentarios:

Los comentarios de este blog están sujetos a moderación. No serán visibles hasta que el administrador los valide. Muchas gracias por su participación.