Muerte
en México
Julio
Sánchez Mingo
13
de febrero de 2018
Un día de la semana pasada, Mariano
salió a las tres de la mañana de su oficina, en la zona financiera
del paseo de la Reforma, y se dirigió a su casa, en Coyoacán. Antes
de llegar, lo mataron. No he reclamado más detalles. ¿Para qué?
Era un hombretón de alrededor de treinta
años, no sé si con mujer e hijos. En cualquier caso, su familia
tiene que estar desolada y en absoluto estado de choque. Por lo
inesperado del suceso, por la brusquedad y la violencia del hecho,
por la injusticia de su desaparición. Igualmente sus amigos y su
otra familia, la del día a día, sus compañeros de trabajo. Conozco
personalmente a varios de ellos.
Supongo que su escritorio estará vacío.
¿Pueden trabajar en esas condiciones? Imagino lo que sentirán todos
ellos, especialmente los que estuvieran con él hasta esas horas
intempestivas y lo vieran marchar y lo despidieran con un cordial
hasta mañana.
Dolor, sorpresa, rabia. Sin terminar de creerlo, como el que está
viviendo una pesadilla. Y también preocupación, por ellos mismos y
por sus familias, pues un acto de esa naturaleza no es tan raro en
México, un maravilloso país pero con unos niveles de violencia muy
elevados.
A mí, que estoy a más de 9.000 kms de
distancia, la noticia, que me dieron por teléfono, me impactó
sobremanera y no puedo quitarme de la cabeza a toda esa gente próxima
a Mariano, pensando lo que estará sufriendo. Me gustaría abrazarlos
a todos ellos, especialmente a su madre, si es que la tenía viva
todavía. Por y para ellos, con mucho afecto y ánimo de consolarlos,
escribo estas líneas. Y también, en segundo lugar, para
desahogarme, al poder dirigirme a mis lectores y transmitir mi pena e
impotencia.
Yo deseo y confío que esa lacra que
corroe la sociedad mexicana vaya, poco a poco, disminuyendo, como,
afortunadamente, ha sucedido en Colombia. La humanidad va mejorando
poco a poco. Hoy es mejor que hace cien años.
Esta situación de violencia, provocada
por la desigualdad, la corrupción y el narcotráfico, no se puede
prolongar indefinidamente, no podemos permitirlo.
Esa enfermedad social de la desigualdad,
hija del capitalismo salvaje, el clasismo y la falta de oportunidades
y de acceso a la educación de los más vulnerables, debe combatirse
con energía, aportando cada cual su granito de arena. Sociedades más
iguales, sociedades más justas son mejores para todos.
La vida es pasajera pero es lo único
tangible, lo único cierto que tenemos. Por ello hay que cuidarla y
respetar la de los demás.
Me rebelo cuando me dicen que la vida de
las personas vale muy poco en México. Allí lo que hay,
lamentablemente, es demasiada incultura, mucha desesperación, falta
de un futuro digno y amable para muchas personas que las conduce a
una espiral de violencia sin sentido, como la que ha terminado con el
futuro feliz y prometedor de Mariano, que siempre permanecerá en
nuestro pensamiento.
PD. 15
de febrero de 2018. Mariano Cedillo de los Santos estaba soltero y vivía con sus
padres y su hermana.
PD. 12 de marzo de 2021. El culpable del crimen y sus cómplices han sido detenidos. Ver comentario más abajo.
Hola buenas tardes,
ResponderEliminarDesgraciadamente le cortan la vida a gente productiva y gente de bien al estar leyendo estas lineas no deja de dar coraje y rabia,
Reciba un cordial saludo Sr Julio
Es muy triste enterarse de la muerte de una persona tan joven, y mas de la manera en que sucedió,el dolor que le provocan a toda la familia es terrible
ResponderEliminarEl día de hoy 12 de marzo del 2021 se detuvo al principal responsable de estos hechos y donde lo más gravoso , es que el responsable es precisamente un elemento de la policía de la Ciudad de México, José Carlos Mireles Arroyo. Se de antemano que eso no alivia en nada el profundo dolor que la muerte de Mariano deja en sus seres queridos, sobre todo en su querida madre. Sin embargo, deseo hacer de conocimiento esta nota, como el más sentido reconocimiento y profundo agradecimiento precisamente a Mariano, como un verdadero héroe en nuestra Ciudad.
ResponderEliminarPorque sin desearlo, pago con lo más preciado que tiene el ser humano, para quitar de nuestra sociedad este tipo de bestias con las que debemos de convivir y hacen un terrible daño a nuestras familias.
Mariano enfrento solo y desarmado a este cobarde delincuente con uniforme, que con dos de sus cómplices, dispusieron de su libertad y su vida. El sólo, hizo lo que muchos ni siquiera se atreverían a pensar. Tan solo armado con la rectitud de su vida, de sus valores, principios morales y familiares hizo frente a estos delincuentes y no solo por defender lo suyo, sino también en defensa de su familia de sus vecinos, de su comunidad de su país, de su lucha que como ciudadano ejemplar tiene en contra de las injusticias.
Para ti Mariano mi más sentido reconocimiento y admiración de la gran persona que fuiste. Un héroe en la Ciudad de México.
Muchas gracias al anónimo comunicante que ha dejado este mensaje.
EliminarA la madre, la hermana y la familia de Mariano mi más afectuoso abrazo.
Mariano, siempre estarás en nuestro recuerdo.
La partida de Mariano fue una tragedia que jamás podremos dejar atrás. Muchas gracia spot la información, y a ti Julio por, a través de la nota que publicaste, recordar a Mariano. Una persona excepcional cuya partida nos dejó a todos rotos. Un abrazo.
EliminarUna perdida invaluable, una gran persona que siempre quedara en nuestros corazones, gracias por recordarlo.
EliminarTuve el privilegio de convivir con Mariano desde niños hasta la adolescencia y puedo decir con orgullo que desde pequeño fue recto y con un sentido humano sin igual. Han pasado años de su partida y aún sin saber con exactitud qué pasó me duele y me sorprende que una persona que solo hacía el bien ya no esté con nosotros.
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