Estampas
veraniegas
Vacaciones
en la playa
Julio
Sánchez Mingo
Las
vacaciones en la playa son las
chanclas, los michelines, el bikini, las marcas del bikini, las
gordas, los embarazados, la tumbona, la silla plegable, el olor a fritanga,
las
picaduras de los
mosquitos, el calor, el sudor, la crema bronceadora, la arena, la
sal, el sol, las
quemaduras del sol, la
música atronadora, la toalla, el bañador, las sandalias
franciscanas, las hamacas de la playa, el encargado de las hamacas,
los esforzados que apilan las hamacas, jugar
a las
paletas, la paella que sirven media hora después de la ensalada
cuando los niños se han comido el pan y los mayores atiborrado a
cerveza, el camarero sudoroso, la expedición familiar a la vuelta de
la playa, el coche al sol, los atascos, los pantalones piratas, las
camisetas de tirantes de ellos, el apartamento para cuatro ocupado
por ocho, las tribus familiares, la parejita acaramelada, la pareja
aburrida, el chiringuito, la siesta, los canalillos, el socorrista,
los guiris, los vendedores ambulantes, los puestos de vendedores de
artesanía, las fiestas del pueblo, Paquito el Chocolatero, las
atracciones de feria, los bailes de salón en el hotel, los bailones,
el hideputa montado en un ruido, las adolescentes en el paseo, las
panteras en la discoteca, las colchonetas hinchables, los
patinetes, los patines, las bicicletas, el sinparar de hacer fotos
con el móvil, las
gafas de
sol,
las
gafas de bucear,
las aletas, la sombrilla, el cubito, la pala y el rastrillo, los manguitos, las
gorras, el toples, la música bacalao, el Despacito, el reggaetón,
el coche tuneado de música ensordecedora, la abuela en el paseo
llamando a voces por el móvil a Bilbao, los
niños desaforados en la piscina, la
misa de los domingos de los últimos irreductibles, las moscas, la
compra en Mercadona, las colas en la farmacia, el mercadillo, el bar
de los holandeses ruidosos, los ingleses borrachos, el camping, la
barbacoa en el camping, el club naútico, el caricaturista en la
plaza, el músico callejero, los madrugadores corriendo por el paseo
al amanecer, las negritas senegalesas haciendo trencitas, las
noches de calor sofocante en un apartamento de cuarta línea de
playa,
la chicharra...... y la luna, esa cálida y naranja luna llena que
está brotando ahora mismo del mar.
Altea,
9 de julio de 2017
Para mi, desde el horno de Madrid, tus estampas son como un refrescante baño en el mar bajo esa espléndida luna roja.
ResponderEliminarTambien el reencuentro con algunos amigos.Feliz verano a todos
ResponderEliminarTodo eso no me lo perderé
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