24 enero 2016

Beatriz y el Etna
De la felicidad a un dolor infinito y a una profunda tristeza

Julio Sánchez Mingo
Enero 2016

A Fifi Caldevilla, con todo mi cariño

Beatriz desapareció en el Etna, Mungibeddu o 'a Muntagna en siciliano, en italiano Mongibello, el Monte Bello, traducido literalmente. El puente de San Isidro de 2001.

Un grupo de amigos habíamos planeado ir a Ordesa esos días, incluso ya teníamos reservado hotel en Torla. Beatriz era uno de ellos. Sin embargo, un cúmulo de circunstancias nos obligó a cancelar el viaje. Ella, a última hora, decidió volar a Catania para ascender al Etna, el volcán que tanto la subyugaba desde una visita anterior.
Yo había propuesto el viaje al Pirineo oscense. Habíamos estado el otoño anterior, Beatriz incluida, habiendo vuelto encantados. Queríamos repetir en primavera.
Convoqué a todos con este mensaje, enviado por correo electrónico:

Asunto: Puente del Santo de mi pueblo
Señorías:
Durante la cena que tan amablemente nos ofreció la Sra. Marquesa el pasado día 10 para celebrar sus pocos meses cumplidos, sugerí la posibilidad de pasar el Puente de la referencia en la Cuenca del río Arazas, con el objetivo de disfrutar de la montaña pirenaica y de que la referida Marquesa salga, pobrecita ella, de la Cuenca del Manzanares, la Alta, claro, que todavía hay clases y los demás vivimos en la Baja.
Por ello me dispongo a efectuar la correspondiente reserva de alojamiento, para el que se quiera apuntar, y planteo dos posibilidades:
- Hotel Villa de Torla, que conocen la Srta. Pita, el hijo de la Marquesa, Su Excelencia la Susodicha, el garrulo de mi pueblo casado con la Marquesa y residente en la Cuenca Alta del río más importante de toda Europa, ya saben Sus Señorías que Carabanchel es el barrio más importante de toda Europa, y el resto de una extraña y dispar comitiva.
- La Casita de Pín y Pón, más de una si fuera necesario.
Les encarezco a Sus Señorías una rápida respuesta, a ser posible para mañana jueves por la noche como muy tarde.
Dados los problemas de agenda de la Sra. de Pita, propongo a este excelso Señor que nos acompañe con un surtido más o menos amplio de su churumbelería y que su Excelsa Conyuge limite su estancia de viernes a domingo, pues no se puede estar en Misa y cobrando del Colegio Miraval, el colegio más porrero de toda la Cuenca del Guadarrama y resto de la provincia de Madrid.
Advertencia muy importante: Dada la desigual orografía de las Cuencas del río Arazas y del río Cinca, o sea el Valle de Pineta, y la desigual condición física y amor a subir cuestas de los involucrados en esta convocatoria, una vez sobre el terreno cada cual es muy libre de plantearse la actividad más adecuada a sus predilecciones, sin compromiso alguno, como ya se hizo en el pasado puente de la Patrona de Zaragoza, donde había diariamente más de una opción de excursión.
Agradeciendo a Sus Señorías una rápida respuesta, reciban un besito muy cariñoso ellas y una patada en los .... ellos,
Julius

Nos las prometíamos tan felices, pero todo se torció. Y Beatriz voló sola a Sicilia.

A última hora del lunes 14 de mayo, víspera de San Isidro, se desencadenó la tragedia. La noche, allí en las alturas, a más de 3.200 m de altitud, fue toledana. Vientos de 120 km por hora, el volcán muy activo y continuas emanaciones de gases sulfurosos tóxicos hacían de la zona un lugar muy peligroso. Beatriz fue vista por última vez, a las 6 de la tarde, a 2.700 m de altitud, por uno de los expertos guías alpinos que acompañan a los turistas, cuando se encaminaba hacia los cráteres cimeros. A partir de 2.940 m, donde se hallan los restos de la Torre del Filósofo, está prohibido ascender sin su asistencia.

                        El Etna en erupción. Diciembre 2015

No regresó a dormir al hotel Corsaro, donde se alojaba, situado cerca del Rifugio Sapienza y del terminal inferior del teleférico. Con éste se alcanzan los 2.500 m. A la mañana siguiente, al notar su ausencia, los empleados del alojamiento dieron aviso a las autoridades. Se organizó un gran despliegue en su búsqueda. Efectivos de guías del Etna, guardias de Finanza, carabinieri y voluntarios participaron activamente en las labores de rastreo.
Volaron a Catania dos de las hermanas de Beatriz que, junto al cónsul español en Nápoles, se personaron en el lugar.

La mañana del 16 de mayo, después del puente, la menor de las hermanas me llamó a la oficina para decirme que Beatriz había desaparecido en el Etna, que la estaban buscando y que dos de ellas habían viajado urgentemente a Sicilia. Comprendí instantáneamente que no volvería a verla. Me eché a llorar y, a continuación, entré casi en estado de choque.
Beatriz era nuestra amiga, nuestra compañera de salida semanal a caminar por la Sierra o a montar en bicicleta. Estábamos muy compenetrados. Era muy fuerte, hecha de piedra berroqueña, capaz de volver a casa ¡casi de madrugada! y estar lista a primera hora de la mañana en aquel cafetucho de Huertas esquina a Jesús, donde las recogíamos, para ir de excursión.
La montaña y el mar acercan, unen mucho. Las largas conversaciones, hablando de todo lo divino y lo humano, que se tienen caminando o navegando, permiten llegar al fondo de las personas y hacer grandes amigos. Amigos entrañables para toda la vida.
Las labores de búsqueda se prolongaron una semana. Sin éxito.
Aparecieron su tienda de campaña y otros objetos personales y se hallaron huellas que alcanzaban el borde del cráter de la Bocca Nuova, del que emanaban gases tóxicos. Posiblemente Beatriz perdió el conocimiento y se despeñó en ese lugar. Incluso un oficial de salvamento alpino de la Guardia de Finanza, con una máscara especial, se descolgó un trecho por la pared del cráter sin encontrar rastro alguno. Finalmente la familia pidió el abandono de los trabajos para localizarla. Comportaban un gran peligro para las personas que participaban.
Es digna de encomio la entereza de las hermanas allí presentes ante la situación y las circunstancias del lugar y de lo ocurrido.
El dolor nos embargó a todos. La familia destrozada. La hermana pequeña desconsolada. Imaginemos el desgarro y la aflicción de la madre. Precisamente la hermana pequeña lleva el nombre de la protagonista de una novela de Rabindranath Tagore porque a Beatriz le gustaba y había convencido a sus padres para que se lo pusieran. Ellas dos compartían habitación en el piso de la calle Huertas.
Es una familia admirable. Siempre habían sido una piña. A raíz de lo acaecido se unieron mucho más, si es que era posible. Los quiero mucho a todos ellos.
Estuvimos bastante tiempo sin ir a la Sierra. No había ánimos.

La última vez que vi a Beatriz habíamos ido a hacer la subida de La Granja a Peñalara. Hacía muy mal día, con ventisca y, a ratos, lluvia y aguanieve. Renunciamos a completar la excursión a la altura del Moño de la tía Andrea. Ya en Madrid, por la noche, fuimos al cine Velázquez, lamentablemente desaparecido, a ver la película Límite vertical, una historia de accidentes y heroísmo en la montaña. ¡Maldita coincidencia!

La familia volvió repetidas veces a Sicilia y al Etna. Era un tributo, casi anual, a Beatriz. En la primavera de 2013 aparecieron unos restos humanos en las laderas del volcán. Las autoridades italianas requirieron la presencia de la familia. Dos hermanas se aprestaron a viajar de nuevo hasta Catania y me invitaron a acompañarlas. Yo le debía a Beatriz mi visita al Etna. A ella, a su madre y a sus hermanas. A mediados de julio volamos los tres a Sicilia. En la visita a la Prefettura de Catania, el gobierno civil de la provincia, se aclararon una serie de omisiones y equívocos que habían conducido a que se pensara que los restos hallados eran de Beatriz. Habían aparecido en la zona del Valle del Bove, muy alejada, unos cuantos kilometros, de la Bocca Nuova y se había verificado, tras la correspondiente prueba de ADN, que eran de un varón. La hermanas me confesaron, a la salida de la Prefettura, que no deseaban que los restos hubieran sido de Beatriz. No querían revivir la tragedia de 2001 y hacer pasar a su madre, de nuevo, por un trago tan amargo.

                        Etna. Julio 2013. Fotografía del autor

Subimos al Etna dos días después junto con el doctor Riscica Lizzio, Carmelo, gran amigo de la familia, residente en Catania. Un hombre encantador y servicial como hay pocos, además de un gran conversador y dotado de una vasta cultura. Nos había acompañado en la visita a la Prefettura y paseado por Taormina y la propia capital del Mongibello. Nos asistió en la ascensión un guía alpino, Pippo, también encantador, gran conocedor de este volcán y la vulcanología, con gran capacidad didáctica y una plática muy amena. Alcanzamos la zona de los cráteres cimeros, a 3.200 m, a la vista de la Bocca Nuova. El lugar es sobrecogedor y de una belleza fascinante. Las nubes de vapor azufrado nos quemaban los pulmones. Pippo nos dio las explicaciones pertinentes. Después guardamos silencio en recuerdo de Beatriz.

Beatriz ya no está y yo siento una gran pena. Pero pervive en nuestros pensamientos y nuestros corazones.

Dei cari compagni che con la loro vita
arricchirono la nostra
non bisogna dire con tristezza non ci sono più,
ma, con gratitudine, ci furono!


Esto dice la oración que Michelangiolo Villar aprendió del padre Palomar. (1)

(1) http://jsanchezmingo.blogspot.com.es/2016/01/el-padre-palomar-un-cura-insolito-por.html

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