Beatriz
y el Etna
De
la felicidad a un dolor infinito y a una profunda tristeza
Julio
Sánchez Mingo
Enero
2016
A
Fifi Caldevilla, con todo mi cariño
Beatriz
desapareció en el Etna, Mungibeddu o 'a Muntagna en siciliano, en
italiano Mongibello, el Monte Bello, traducido literalmente. El
puente de San Isidro de 2001.
Un
grupo de amigos habíamos planeado ir a Ordesa esos días, incluso ya
teníamos reservado hotel en Torla. Beatriz era uno de ellos. Sin
embargo, un cúmulo de circunstancias nos obligó a cancelar el
viaje. Ella, a última hora, decidió volar a Catania para ascender
al Etna, el volcán que tanto la subyugaba desde una visita anterior.
Yo
había propuesto el viaje al Pirineo oscense. Habíamos estado el
otoño anterior, Beatriz incluida, habiendo vuelto encantados.
Queríamos repetir en primavera.
Convoqué
a todos con este mensaje, enviado por correo electrónico:
Asunto:
Puente del Santo de mi pueblo
Señorías:
Durante
la cena que tan amablemente nos ofreció la Sra. Marquesa el pasado
día 10 para celebrar sus pocos meses cumplidos, sugerí la
posibilidad de pasar el Puente de la referencia en la Cuenca del río
Arazas, con el objetivo de disfrutar de la montaña pirenaica y de
que la referida Marquesa salga, pobrecita ella, de la Cuenca del
Manzanares, la Alta, claro, que todavía hay clases y los demás
vivimos en la Baja.
Por
ello me dispongo a efectuar la correspondiente reserva de
alojamiento, para el que se quiera apuntar, y planteo dos
posibilidades:
-
Hotel Villa de Torla, que conocen la Srta. Pita, el hijo de la
Marquesa, Su Excelencia la Susodicha, el garrulo de mi pueblo casado
con la Marquesa y residente en la Cuenca Alta del río más
importante de toda Europa, ya saben Sus Señorías que Carabanchel es
el barrio más importante de toda Europa, y el resto de una extraña
y dispar comitiva.
-
La Casita de Pín y Pón, más de una si fuera necesario.
Les
encarezco a Sus Señorías una rápida respuesta, a ser posible para
mañana jueves por la noche como muy tarde.
Dados
los problemas de agenda de la Sra. de Pita, propongo a este excelso
Señor que nos acompañe con un surtido más o menos amplio de su
churumbelería y que su Excelsa Conyuge limite su estancia de viernes
a domingo, pues no se puede estar en Misa y cobrando del Colegio
Miraval, el colegio más porrero de toda la Cuenca del Guadarrama y
resto de la provincia de Madrid.
Advertencia
muy importante: Dada la desigual orografía de las Cuencas del río
Arazas y del río Cinca, o sea el Valle de Pineta, y la desigual
condición física y amor a subir cuestas de los involucrados en esta
convocatoria, una vez sobre el terreno cada cual es muy libre de
plantearse la actividad más adecuada a sus predilecciones, sin
compromiso alguno, como ya se hizo en el pasado puente de la Patrona
de Zaragoza, donde había diariamente más de una opción de
excursión.
Agradeciendo
a Sus Señorías una rápida respuesta, reciban un besito muy
cariñoso ellas y una patada en los .... ellos,
Julius
Nos
las prometíamos tan felices, pero todo se torció. Y Beatriz voló
sola a Sicilia.
A
última hora del lunes 14 de mayo, víspera de San Isidro, se
desencadenó la tragedia. La noche, allí en las alturas, a más de
3.200 m de altitud, fue toledana. Vientos de 120 km por hora, el
volcán muy activo y continuas emanaciones de gases sulfurosos
tóxicos hacían de la zona un lugar muy peligroso. Beatriz fue vista
por última vez, a las 6 de la tarde, a 2.700 m de altitud, por uno
de los expertos guías alpinos que acompañan a los turistas, cuando
se encaminaba hacia los cráteres cimeros. A partir de 2.940 m, donde
se hallan los restos de la Torre del Filósofo, está prohibido
ascender sin su asistencia.
El
Etna en erupción. Diciembre 2015
No
regresó a dormir al hotel Corsaro, donde se alojaba, situado cerca
del Rifugio Sapienza y del terminal inferior del teleférico. Con
éste se alcanzan los 2.500 m. A la mañana siguiente, al notar su
ausencia, los empleados del alojamiento dieron aviso a las
autoridades. Se organizó un gran despliegue en su búsqueda.
Efectivos de guías del Etna, guardias de Finanza, carabinieri y
voluntarios participaron activamente en las labores de rastreo.
Volaron
a Catania dos de las hermanas de Beatriz que, junto al cónsul
español en Nápoles, se personaron en el lugar.
La
mañana del 16 de mayo, después del puente, la menor de las
hermanas me llamó a la oficina para decirme que Beatriz había
desaparecido en el Etna, que la estaban buscando y que dos de ellas
habían viajado urgentemente a Sicilia. Comprendí instantáneamente
que no volvería a verla. Me eché a llorar y, a continuación, entré
casi en estado de choque.
Beatriz
era nuestra amiga, nuestra compañera de salida semanal a caminar por
la Sierra o a montar en bicicleta. Estábamos muy compenetrados. Era
muy fuerte, hecha de piedra berroqueña, capaz de volver a casa ¡casi
de madrugada! y estar lista a primera hora de la mañana en aquel
cafetucho de Huertas esquina a Jesús, donde las recogíamos, para ir
de excursión.
La
montaña y el mar acercan, unen mucho. Las largas conversaciones,
hablando de todo lo divino y lo humano, que se tienen caminando o
navegando, permiten llegar al fondo de las personas y hacer grandes
amigos. Amigos entrañables para toda la vida.
Las
labores de búsqueda se prolongaron una semana. Sin éxito.
Aparecieron
su tienda de campaña y otros objetos personales y se hallaron
huellas que alcanzaban el borde del cráter de la Bocca Nuova, del
que emanaban gases tóxicos. Posiblemente Beatriz perdió el
conocimiento y se despeñó en ese lugar. Incluso un oficial de
salvamento alpino de la Guardia de Finanza, con una máscara
especial, se descolgó un trecho por la pared del cráter sin
encontrar rastro alguno. Finalmente la familia pidió el abandono de
los trabajos para localizarla. Comportaban un gran peligro para las
personas que participaban.
Es
digna de encomio la entereza de las hermanas allí presentes ante la
situación y las circunstancias del lugar y de lo ocurrido.
El
dolor nos embargó a todos. La familia destrozada. La hermana pequeña
desconsolada. Imaginemos el desgarro y la aflicción de la madre.
Precisamente la hermana pequeña lleva el nombre de la protagonista
de una novela de Rabindranath Tagore porque a Beatriz le gustaba y
había convencido a sus padres para que se lo pusieran. Ellas dos
compartían habitación en el piso de la calle Huertas.
Es
una familia admirable. Siempre habían sido una piña. A raíz de lo
acaecido se unieron mucho más, si es que era posible. Los quiero
mucho a todos ellos.
Estuvimos
bastante tiempo sin ir a la Sierra. No había ánimos.
La
última vez que vi a Beatriz habíamos ido a hacer la subida de La
Granja a Peñalara. Hacía muy mal día, con ventisca y, a ratos,
lluvia y aguanieve. Renunciamos a completar la excursión a la altura
del Moño de la tía Andrea. Ya en Madrid, por la noche, fuimos al
cine Velázquez, lamentablemente desaparecido, a ver la película
Límite vertical, una historia de accidentes y heroísmo en la
montaña. ¡Maldita coincidencia!
La
familia volvió repetidas veces a Sicilia y al Etna. Era un tributo,
casi anual, a Beatriz. En la primavera de 2013 aparecieron unos
restos humanos en las laderas del volcán. Las autoridades italianas
requirieron la presencia de la familia. Dos hermanas se aprestaron a
viajar de nuevo hasta Catania y me invitaron a acompañarlas. Yo le
debía a Beatriz mi visita al Etna. A ella, a su madre y a sus
hermanas. A
mediados de julio volamos los tres a Sicilia.
En la visita a la Prefettura de Catania, el gobierno civil de la
provincia, se aclararon una serie de omisiones y equívocos que
habían conducido a que se pensara que los restos hallados eran de
Beatriz. Habían aparecido en la zona del Valle del Bove, muy
alejada, unos cuantos kilometros, de la Bocca Nuova y se había
verificado, tras la correspondiente prueba de ADN, que eran de un
varón. La hermanas me confesaron, a la salida de la Prefettura, que
no deseaban que los restos hubieran sido de Beatriz. No querían
revivir la tragedia de 2001 y hacer pasar a su madre, de nuevo, por
un trago tan amargo.
Etna.
Julio 2013. Fotografía del autor
Subimos
al Etna dos días después junto con el doctor Riscica Lizzio,
Carmelo, gran amigo de la familia, residente en Catania. Un hombre
encantador y servicial como hay pocos, además de un gran conversador
y dotado de una vasta cultura. Nos había acompañado en la visita a
la Prefettura y paseado por Taormina y la propia capital del
Mongibello. Nos asistió en la ascensión un guía alpino, Pippo,
también encantador, gran conocedor de este volcán y la
vulcanología, con gran capacidad didáctica y una plática muy
amena. Alcanzamos la zona de los cráteres cimeros, a 3.200 m, a la
vista de la Bocca Nuova. El lugar es sobrecogedor y de una belleza
fascinante. Las nubes de vapor azufrado nos quemaban los pulmones.
Pippo nos dio las explicaciones pertinentes. Después guardamos
silencio en recuerdo de Beatriz.
Beatriz
ya no está y yo siento una gran pena. Pero pervive en nuestros
pensamientos y nuestros corazones.
Dei cari compagni
che con la loro vita
arricchirono la
nostra
non bisogna dire
con tristezza non ci sono più,
ma, con gratitudine, ci furono!
ma, con gratitudine, ci furono!
Esto dice la oración que Michelangiolo Villar aprendió del padre
Palomar. (1)
(1) http://jsanchezmingo.blogspot.com.es/2016/01/el-padre-palomar-un-cura-insolito-por.html
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