12 marzo 2021

 

Nuestros Borbones. The Crown en clave carpetovetónica


Julio Sánchez Mingo


Para ilustrar a mis amigos de Italia y México

 


Ésta es, sucintamente, la trama de la que podría ser una serie de televisión inigualable, con intriga, servicios secretos, acción, glamour, sordidez, sexo, adulterio, poder, corrupción y dinero.


1948. Un padre entrega a su hijo al mismísimo diablo, a un dictador militar sin escrúpulos ni conciencia, para obtener privilegios notables, a ser posible un trono. Al sátrapa, su familia le llama Paquito, le parece excesivo aupar a su única hija —a la que ha casado con un aristócrata que se disfraza de príncipe de opereta— al poder. A aquel padre, un tal Juan, la jugada le sale torcida. Su niño, al que en familia dicen Juanito, que carga a las espaldas con la tragedia de la muerte en 1956 de Alfonsito, su hermano menor, se acomoda y confabula con el sangriento militar. En 1969 obtiene la sucesión del tirano a título de rey. Como mal menor, Juan aprueba tácitamente la operación, en detrimento de su hija mayor, Pilar, lo que demuestra el machismo de nuestros protagonistas.

Mientras tanto, Juanito se ha casa do en 1962 con Sofía Schleswig-Holstein-Sonderburg-Glücksburg, una princesa de origen danés de la foránea y advenediza familia real griega. Tienen tres hijos, que darán bastante juego en esta historia: Elena, la mayor, Cristina y el varoncito, Felipe, el menor. En 1975, Paquito muere de viejo en la cama de un hospital, martirizado a causa de los tratamientos médicos que le aplican, y Juanito accede a la jefatura del Estado, bajo una sutil presión del estamento militar. En 1978 se redacta y aprueba una constitución, consentida por los espadones, que reviste de legalidad todo el enjuague, consagrando al hijo de Juan como monarca y a Felipe como su heredero, en perjuicio de Elena, la hija mayor. En esos tiempos corre por Madrid la especie maliciosa de que a la infanta le falta algún hervor, transmitida seguramente para justificar un compadreo tan machista.

El 23 de febrero de 1981, los uniformados dan un golpe de estado. Su origen y desarrollo es objeto de controversias. Para unos, Juanito está detrás de la asonada. Para otros, como el desenlace es positivo para el país, es el gran salvador de la patria, lo que aprovecha desde entonces para hacer de su capa un sayo, en lo personal, en lo familiar, en lo público, en lo moral y en lo económico.

En 1995 se casa Elena con Marichalar, un segundón de familia aristocrática, más largo que un día sin pan, blanco cetrino y muy moreno de pelo, que, cuando viste capa de hidalgo español, parece el conde Drácula —menudo susto me dio una noche, cuando me crucé con él en la esquina de Serrano con Lista—. El hombre tiene buen gusto y hace de una paletorra princesa europea una señora muy elegante. Su boda quiere ser una adaptación a la sevillana del enlace de lady Di y Carlos, Carlitos de Gales. Para entonces estos ya se han divorciado. En su época de casado, él se había postulado como el tampax de su adorada Camila, según la bochornosa e íntima conversación grabada a los dos amantes.

En 1997 Cristina contrae matrimonio con Iñaki, un deportista profesional. Finalmente, en 2004, lo hace el heredero Felipe con Letizia, una periodista de origen plebeyo, nieta de un taxista, que le da un toque castizo y campechano a toda la parentela presente en la ceremonia nupcial.

Juanito, amigo de las motos, cacerías, cenas con amigotes, regatas y aventuras sexuales, no tiene empacho en que el servicio secreto le monte en Aravaca (Madrid) un nidito de amor, pagado con fondos reservados. En esta guarida se ve con una popular vedete, donde, el hijo de ella, menor de edad, filma y fotografía los encuentros eróticos de la pareja. Años después, el ínclito ministro Bono se queja de que hay que seguir pasando una asignación a la referida señora, también con cargo a los fondos reservados, para tenerla callada y contenta.

En 2007 se produce el eufemístico cese temporal de la convivencia de Elena y Marichalar, que han tenido dos hijos. Iñaki, el marido de Cristina, la hija pequeña de Juanito, es condenado y encarcelado por turbios negocios financieros en 2018, en un proceso que se dilata desde 2011. Ella sale absuelta por los pelos y debe pagar una considerable multa por haberse lucrado con los delitos de su cónyuge. En el mismo 2011 ya ha sido proscrita por su familia, en 2013 se refugia en Ginebra y en 2015 se le retira el título de duquesa de Palma, pero se niega a renunciar a sus derechos sucesorios, lo que la enfrenta a su hermano pequeño, ya rey.

En 2006, Juanito se ha enredado con una rubia divorciada, Corinna, una gran negociante de proyección internacional, que le saca hasta los higadillos. Le pone un chalet en el mismo complejo palaciego de la Zarzuela, donde el monarca tiene el despacho, su residencia oficial, la vivienda de su mujer y su cuñada y donde, en otro pabellón, habita su hijo con Letizia y las dos niñas del matrimonio, Leonor y Sofía, llamada como su abuela. Lo acompaña a todas partes, incluso en viajes oficiales, donde juntos llegan a pasar revista a las tropas que rinden honores. El vodevil adquiere proporciones gigantescas. Juanito recibe pagos multimillonarias de los tiranos medievales de Arabia y el Golfo y le dona sesenta y tantos millones de euros a su amante. Todos, dirigentes políticos y prensa, callan. La ley del silencio, l'omertà, el código que rige la mafia siciliana, se extiende por tierras de la península y las islas. Además, en España el rey es jurídicamente inviolable. En tiempos del primer gobierno Rajoy, Juanito sopesa divorciarse de Sofía y casarse con Corinna y acude a consultar pormenores a un despacho de abogados. Los gobernantes españoles se ponen nerviosos y Félix, un activo abuelete, jefe de los servicios secretos, viaja a Londres para entrevistarse con la amante del rey, a la que, según declara ella, amenaza. En Botsuana, en 2012, en una cacería de elefantes, Juanito se cae y se rompe la cadera. Hay que repatriarlo urgentemente. Corinna quiere que la acerquen a Montecarlo —esa especie de Benidorm de la Costa Azul, nido de evasores fiscales, donde rige un príncipe de pacotilla, también notable en asuntos de bragueta, al que afloran hijos por todas partes, lo mismo que al monarca licenciado de Bélgica— pero los escoltas se imponen y lo traen a Madrid. ¡Un sainete! Después de tantos años de desmanes, forzado por la situación, se aviene a abdicar en 2014. Temen que se pierda la corona para la familia. El hijo —que se tenía que haber enfrentado al padre muchos años antes, habiéndolo puesto en su lugar, especialmente en lo moral, dando la cara por su madre y por los ciudadanos, como un hijo y príncipe cabal— hereda el trono. En 2017 el comisario Villarejo, eje de una trama de corrupción policial, se ve involucrado en manejos con Corinna, donde también aparece señalado Félix. Juanito abandona toda actividad institucional como rey pensionista en 2019. En marzo de 2020, ante la evidencia de pagos irregulares recibidos por su padre del exterior, Felipe renuncia a su herencia paterna y retira a su progenitor la correspondiente asignación con cargo a los presupuestos de la Casa Real. Juanito sale para el exilio en Emiratos, acogido por los gobernantes del Golfo, en junio de 2020. En la segunda quincena de febrero de 2021, las infantas Elena y Cristina vuelan a Abu Dabi para reunirse con su exiliado padre y aprovechan para vacunarse contra la covid-19, para escarnio de los ciudadanos españoles que tendrán que esperar largo tiempo hasta poder hacerlo. Algo inaudito: se celebra en el Congreso el cuadragésimo aniversario del fallido golpe de 23 de febrero de 1981, donde Felipe glosa el comportamiento de su padre aquella jornada, se supone que con el ánimo de lavar la deteriorada imagen pública de éste. Cuarenta y ocho horas después se comunica que Juanito ha realizado una segunda regularización fiscal —tras la efectuada en diciembre de 2020 por rentas no declaradas durante varios ejercicios, que suman más de ocho millones de euros de cobros en especie, por lo que abona más de cuatro millones a Hacienda. Al día siguiente se sabe que una decena de empresarios, amigos del rey emérito, le han prestado ese importe para que haga frente al referido pago. Este último mes, el pestañi, ahora procesado, acude a juicio con un parche de pirata en un ojo. Al parecer la vida es así es hermano de Pedro Villarejo, sacerdote y experto en Teresa de Ávila y Juan de la Cruz, además de autor de un brillante texto sobre García Lorca.

Lamentablemente, semejante tragedia griega seguirá.


Esta serie tendría mucha más enjundia que las actuales querellas familiares de Megan, Enrique, Isabel y demás, que no son nada fuera de lo común: rencillas entre personas con intereses contrapuestos, rivalidades entre cuñadas y las habituales conjeturas y especulaciones familiares sobre el color de un vástago de una pareja dispar físicamente. Todo ello salpimentado con el recuerdo de algún cuerno lejano, el comportamiento pedófilo de un príncipe y un trágico accidente de automóvil, letal para sus populares protagonistas que, inconscientes y soberbios, no llevaban ajustado el cinturón de seguridad. Algo sin interés, soso, idéntico a lo que habitualmente se escucha en corrillos de oficina, conversaciones de playa o charlas de vecindario. ¡Lo que serían capaces de hacer Oprah o los tabloides británicos con los mimbres informativos carpetovetónicos!


Nota del autor. Escribir un texto como éste me aflige enormemente y me produce un insufrible malestar. Un sentimiento opresivo, motivado por algo inmundo y repugnante de lo que no se puede escapar.

19 comentarios:

  1. Este texto refleja fielmente la condición humana, sus vicios más que sus virtudes.
    Todas las personas somos débiles frente a nuestros impulsos naturales pero, como animales racionales superiores, somos capaces de discernir el bien del mal y todos deberíamos tratar de marchar por el buen camino.
    Aquellos situados en el vértice de la escala social tendrían, con mayor motivo, que refrenar sus bajos instintos y ejemplarizar y conducirse rectamente. Disponen de mayores recursos y un mayor y más fácil acceso a la formación y a la educación. No debemos excusarlos alegando que, rodeados de cortesanos y aduladores y alejados de una vida corriente, pierden el sentido de la realidad.

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  2. El sainete local hubiera tenido mucho morbo con un divorcio entre Sofía y Juanito, algo razonable y procedente. Lo hicieron inviable el afán de ella por mantener posición y privilegios, el de Felipe por alcanzar el trono y, obviamente, la presión del gobierno.

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  3. Elena y Cristina no son de la Familia Real, pero tengo entendido que disfrutan de un servicio de escoltas muy gravoso para las arcas públicas, pues no van a ver al jubilado a Alpedrete, se largan hasta Emiratos. Les sucede como a todos los Borbones y a los renegados Sajonia-Coburgo y Gotha, ahora Windsor. Tantos años de dinero fácil, privilegios y catervas de aduladores, les impide conocer las necesidades reales de los ciudadanos que, para mayor escarnio, son los que los mantienen, y les produce un acusado sentimiento de omnipotencia gratuita. Además, cuando tienen un asesor bueno y honrado, como Sabino, termina por molestarlos. Si es tiralevitas, les permite hacer o decir tonterías. Son muy significativas las palabras pronunciadas por Sofía durante una visita al antiguo palacio real de Tatoi, donde había disfrutado de su infancia y juventud, ahora abierto al público. Declaró que le causaba coraje y sufrimiento ver deambular a ciudadanos corrientes por aquellos jardines. ¡Su paraíso tomado por la plebe!

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  4. Un pedazo de guion que daría para una serie de 5 o 6 temporadas que sería del gusto de (casi) todo el mundo

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    1. Muy buena tragicomedia. Me he reído por no llorar. Quizás algún día de estos, la lleven a las pantallas televisivas para poder ver este culebrón...como terminará?....ponemos un final?..ánimo y a escribir que pasará con esta familia tan Real.

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  5. Julito que malestar me ha producido leerlo, ni una palabra bondadosa o positiva hacia alguien, bueno si, de paletorra a elegante y estoy de acuerdo. Si esto es lo q te gusta trasmitir o informar a Italia y México, q lamentable embajador tenemos. Y no es por afinidad o despreció hacia los protagonistas, es que solo ves lo turbio. Lo lamento por ti. Buenos dias

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    1. Más asco y desazón me produjo a mí escribirlo, como hice notar en la posdata. Pero no puedo engañar ni engañarme. Es lo que hay.
      Creo que la verdad debe resplandecer, es el camino para  que la sociedad mejore. No se deben esconder los trapos sucios debajo de la alfombra. La mentira y la hipocresía envenenan la convivencia. Y todos debemos asumir y ser responsables de nuestros actos. Es sano criticar los malos comportamientos, es la vacuna que puede remediar su repetición.
      Si solo viera lo turbio, me habría suicidado. La vida ofrece, afortunadamente, muchísimos aspectos positivos y está llena de gente maravillosa.
      Con tus teorías, los medios informativos no existirían, pues solo podrían publicar: "Todo el mundo es bueno".

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    2. Desde Milán habíamos preguntado a Julio el porqué los españoles no quieren a los Borbones. Y este artículo, creo que bastante objetivo pues es un clip de prensa, escrito con bastante sentido del humor, fue su respuesta. Si los españoles abandonáis el sentido crítico, os irá muy mal, os engañarán y seréis vasallos, no ciudadanos.

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    3. Carmen García Delgado16 de marzo de 2021, 17:58

      Conocíamos los hechos que se relatan en el artículo. Muchos de ellos han aparecido en prensa, nacional e internacional, y algunos se han ampliado con la participación de una vedete en un programa de telebasura, en el que desgranó parte de su historia con el rey emérito, que incluía un asalto a su domicilio buscando, supuestamente, cintas de video comprometedoras. Pero leerlos tal y como aparecen en este artículo, con perspectiva, estremece y asquea. Y eso que el autor nos ha ahorrado algún que otro episodio bochornoso.
      Es reprobable que, aquellos que disfrutan una vida de privilegios y honores con cargo al erario público, no olvidemos quién ostentaba la Jefatura del Estado y su más alta representación, se enfanguen en estas componendas por avaricia. No sé qué llama más la atención si este afán de dinero o esa sensación de impunidad en la que parecen moverse. Dejan de lado, o no les importa, el papel ejemplarizante que debe tener la institución a la que representan, sus otros miembros y cualquier servidor público.
      Y discrepo de Nieves, el lamentable embajador no es Julio. Él no ha desvelado ningún secreto de estado, ni publicado nada que no se supiera. El lamentable embajador es quien, ostentando la más alta representación del estado y aprovechándose de sus privilegios, se enfangó en este juego siniestro de comisiones y usos indebidos de los caudales públicos. Él y quienes participaron del mismo.

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    4. Nieves, como diría el maestro Emilio Lledó, su cabeza está llena de grumos mentales, que le paralizan la capacidad de razonar y discernir.
      Voltaire escribía que la política es el camino para que los hombres sin principios puedan dirigir a los hombres sin memoria.
      Gracias por su atención y a Julio por su excelente y divertido artículo.
      Atentamente,
      Ramiro G. Secades

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  6. Buenos días. Interesante el escrito estimado Julio, muy interesante; así plasmado debe escribir una novela extensa, es original, gracias por compartir.
    Saludos cordiales.

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  7. A pesar del mensaje, dirigido a los amigos de México e Italia, este humilde sudamericano de Argentina tendrá el atrevimiento de tener esta participación por adhesión a esta muy buena pagina web de Julio Sánchez Mingo.
    Por pertenecer a un país constituido desde sus orígenes en una República, nuestra idiosincrasia rechaza cualquier tipo de monarquía. Lo único que conservan los argentinos de aquella aristocracia española de los siglos XVI, es el uso del “vos” en nuestro hablar cotidiano. Uso idiomático de las clases más altas e ilustradas de la madre patria que España perdería con el tiempo y los argentinos siguen practicando.
    Aclarada mi posición y jugando al abogado del diablo, podemos decir que todas las familias reales tienen su historia negra y sus trapos sucios expuestos muy bien en la serie de Netflix “The Crown”. En Europa, las monarquías más caras las podemos encontrar en Noruega, Holanda y el Reino Unido con un coste alrededor de 40 millones de euros. El resto de monarquías (Suecia, Dinamarca, Bélgica, Luxemburgo y España) soportan costos inferiores a los 15 millones de euros.
    Pero las monarquías tienden a estar cuestionadas ya que no nacen por sufragio universal en contraposición a las repúblicas, por ello existe hoy un debate profundo sobre esta cuestión.
    Y en las monarquías europeas con sistemas parlamentarios, no ofrecen un poder político real pero sí una representación institucional. La ventaja estaría dada en que, cuando existen grabes conflictos entre los distintos partidos políticos, el rey conforma una representación global de todos los ciudadanos y al unificar a toda la población detrás de los símbolos de la Nación, evitaría grabes conflictos internos y salidas pacíficas en situaciones difíciles e irreconciliables.
    Habrá que analizar si mantener esta tradición genera más perjuicios o beneficios en una Europa con grandes sectores que apoyan a la representación real como símbolo y rostro de una Nación en lo interno y en las relaciones externas con el mundo; o si prevalece la postura que considera la institución monárquica como algo obsoleto, antiguo y una carga de dinero innecesaria.

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  8. Mariano Nieto Navarro16 de marzo de 2021, 20:34

    Parafraseando a la íncomparable Forest Gump, las casas reales son como una caja de bombones y caramelos; lo que pasa es que, con la casa real española, no hay variación: todo lo que nos ha tocado ha sido siempre malo.
    Gracias Julio por este sintético relato de un capítulo más de la vergonzosa historia de esta familia.
    Un abrazo,
    Mariano Nieto

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  9. Muy interesante entrevista con el periodista José Antonio Zarzalejos. Habla del comportamiento de Juan Carlos I, entre otras cosas: https://elpais.com/espana/2021-03-21/jose-antonio-zarzalejos-juan-carlos-i-ha-tenido-una-conducta-miserable.html

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  10. Este artículo, escrito por Julio, sólo habla de verdades que han ido sucediendo a lo largo de los años, mezcladas con otras muchas noticias, por lo que las hemos ido asimilando con el pasar de los días e hiriéndonos y golpeándonos poco a poco. Ahora, leer todos estos acontecimientos juntos, duelen mucho más. Permanecían adormilados en nuestra memoria pero NO los hemos olvidado. Quizás por eso Nieves diga que sólo ves "lo turbio" que ha sucedido durante estos años; ella lo ha leido ahora todo junto, mientras que los demás lo hemos conocido según iban sucediendo los hechos. Tu artículo es una reflexión de lo vivido y pertenece a un mundo oscuro y borroso del que, a veces, hace falta gritar para sacarlo fuera... es imposible mantenerlo apresado dentro de nosotros .

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    1. Efectivamente, el anónimo comentarista ha dado en la diana. Para mí, ya lo he hecho notar, fue duro y desagradable escribir este artículo, pero ha sido un desahogo. Muchas gracias por la aportación..

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  11. Una crónica magnífica, por lo "real", aunque por desgracia, incompleta. Olvidaste mencionar otros muchos miembros de la red clientelar (políticos, jueces, comerciantes...). No hiciste referencia a los manejos delictivos de la familia Pujol, tolerados por un gobierno tras otro, para que no destapase la caja de los truenos en referencia a la corona y a sus secretos inconfesables, teniendo en cuenta que ambos utilizaban la misma estrategia para evadir impuestos y blanquear dinero procedente de paraísos fiscales. Tampoco dijiste nada de la amnesia de la infanta Cristina y sus 182 veces “no lo sé”, 55 “no lo recuerdo” y 52 “lo desconozco" en su declaración ante el juez por el juicio del caso Noos y al affaire del Palacio de Pedralbes, palacete de 1.200 metros cuadrados y con cerca de 1.300 metros cuadrados de jardín con pinos, acacias, cipreses y hasta un magnolio, por el pagaron seis millones de euros (mil millones de pesetas) y "casi otros cuatro millones más en una reforma integral", peccata minuta, según la infanta, ya que nunca sintió curiosidad por averiguar cómo ella, una empleada de La Caixa y su marido, exjugador de balonmano pudieron llegar a tanto en tan poco tiempo. Amiga Nieves, tú lamentabas que Julio solo viera lo turbio. Yo lamento que exista tanto turbio que ver.

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    1. Muchas gracias.
      Se te olvidó apostillar el comentario con una frase tuya que me parece magnífica: "La monarquía es como unas gafas graduadas: pueden resultar útiles, siempre que estén limpias. En caso contrario, no serán más que un estorbo".

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    2. Cierto, Julio. Eso es lo que me parece la monarquía como institución. También olvidé añadir que cuando todo se destapó, el palacete de Pedralbes fue vendido a un empresario multimillonario, amigo de Juanito. El mismo Juanito que fue operado de urgencia tras fracturarse la cadera en su viaje de caza en Botsuana, mientras ocupaba la presidencia de honor de WWF-Adena, una organización que realiza una amplia labor en favor de la conservación de la naturaleza. Todo un despropósito a la altura de semejante personaje.
      Un abrazo.

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