08 marzo 2020


La florista de Horacio

Julio Sánchez Mingo

A mis amigas mexicanas, por el día de la Mujer


Se llama Tuli. En unos días cumplirá setenta y ocho años. Lleva cincuenta años como florista. Vive sola. Su único hijo, casado, la visita los sábados. Él trabaja como delegado comercial en una empresa de ferretería de unos alemanes, gente muy seria dice, que lo aprecian mucho. Tiene dos nietos, chica y chico, ella soltera, él y su mujer le han hecho bisabuela de una niña hace pocas semanas.

Nuestra protagonista regenta, ella sola, un kiosco de flores en el bulevar de Horacio, frente a los almacenes Liverpool. Se levanta muy temprano y, a las cinco de la mañana, acude a su puesto a acondicionarlo, limpiar y barrer. Después lo deja al cuidado de un bolero, un limpiabotas, que instala su sillón junto a ella, toma el metro y se dirige a comprar el género a la Central de Abasto, el monumental, monstruoso y gigantesco mercado mayorista de la Ciudad de México. Carga sus flores en un taxi, que le cuesta 120 pesos, y retorna a su puesto de trabajo, donde llega sobre las nueve de la mañana.
¿Cómo va el negocio?— pregunto.
Regular, sube y baja. Esta zona no es habitacional, es casi toda de oficinas. El kiosco de la esquina de Lope de Vega, frente a la plaza Uruguay, vende tanto porque allá hay muchas viviendas y, además, hacia la boca del metro de Polanco, el flujo de gente es constante.
¿Le cobra mucho el ayuntamiento por ocupación de la vía pública?
No, yo no pago nada. Por ser de la tercera edad estoy exenta.
—¿Y no piensa en jubilarse?
—Si me quedara en casa me moriría.


Hoy, domingo ocho de marzo, día de la Mujer, Tuli no irá a la multitudinaria manifestación que discurrirá desde el monumento a la Revolución hasta el Zócalo. Tiene que atender su negocio hasta las ocho y media de la tarde.

Unas rosas de Tuli


5 comentarios:

  1. Bravo julio.elegante relato,la belleza de la hente simple

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  2. Que bonito, gracias Julio... que rosas estupendas...

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  3. Ser considerado con lo que te rodea nos ayuda a vivir mejor. Esto incluye prestar atención a pequeños detalles y hacer cosas por los demás en el momento menos esperado, o cuando alguien te necesita. Eso es lo que tu haces con las personas que tienes al lado e incluso con las que acabas de conocer, como en este caso. Te felicito por ello porque seguro que haces feliz a mucha gente.

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