15 diciembre 2018


¿Qué nos está pasando?

Populismo y ultraderecha



Julio Sánchez Mingo


¿Qué nos está pasando? ¿Nos hemos vuelto locos? Estamos construyendo un mundo globalizado, en lo económico, pero lleno de trincheras, vallas y muros en lo político. La familia de Alan Kurdi, el niño kurdo ahogado en una playa de Bodrum (Anatolia), cuyo caso tanto impactó a la opinión pública mundial, huía del infierno de las fábricas de los gigantes de la industria textil en Turquía.
Muchos gobiernos y partidos del Viejo Continente fomentan el miedo y el odio al inmigrante, el aislacionismo, en lugar de preconizar una Europa social y solidaria, una Europa fuerte y unida, pendiente de los ciudadanos más desfavorecidos, no mediatizada por los mercados. ¿Por qué?

Los exizquierdistas trabajadores de la industria del automóvil de Detroit, ahora una ciudad fantasma y arruinada, son uno de los pilares de un ultraderechista populista como Trump. En Brasil, Bolsonaro se alza con la presidencia. En Europa, los británicos a vueltas con su Brexit, los italianos con Salvini, Orbán en Hungría y en España la eclosión de Vox. ¿Es el triunfo del egoísmo y la insolidaridad o simplemente miedo a lo desconocido y al desconocido? ¿O es el atávico sentimiento de no querer ver al pobre y coexistir con él, como el rico en su mansión detesta tener una chabola en su horizonte? ¿Por qué admitimos que esos políticos populistas exploten nuestros instintos primarios? Ellos sólo buscan el poder, no el bienestar de la población y, sin embargo, ahí están.

La crisis del 29, la Gran Depresión, llevó a Hitler al poder. ¿Qué nos deparará la reacción a la Gran Recesión de 2008? De momento, en España las diferencias sociales aumentan comparativamente al primer lustro del siglo XXI, creando un peligroso caldo de cultivo para el desarrollo de ciertas ideas políticas y comportamientos sociales y para el auge de partidos extremistas y populistas.
Hay muchos ciudadanos desencantados con el sistema, hartos de la corrupción política y económica, hay gente que no puede llegar a fin de mes, la desigualdad aumenta, se desconfía de los políticos.
La inmigración, y con ella la multiculturalidad, ha venido para quedarse. Y es necesaria. La España interior se vacía a costa de las regiones más ricas y la construcción, el servicio doméstico y la hostelería están en manos foráneas, no por capricho sino por falta de trabajadores locales. Además, nace un número insuficiente de niños, de tal manera que el crecimiento de la población española es negativo.
La solución a todos estos problemas no pasa por escuchar y apoyar ciertos cantos de sirena que nos pueden llevar a un desastre generalizado.

Lamentablemente, la ignorancia, la incultura, el desconocimiento de la Historia y la poca capacidad de análisis abundan por doquier, así como la manipulación del pensamiento político. Hace cien o cincuenta años la información escaseaba. Ahora, adulterada o no, fluye y, de alguna forma, en ocasiones para mal, se magnifican o se empequeñecen ciertos hechos, según los intereses de cada cual.

Los votantes de Vox en Andalucía se sitúan mayoritariamente en lugares ricos como el barrio de Los Remedios de Sevilla o El Ejido, 89.000 habitantes censados, una ciudad en la que, como nos recuerda el escritor y periodista Julio Llamazares, no hay ni una sola librería, pero abundan los relojes de oro y los cochazos en manos de españoles. En los invernaderos de Almería, bajo el calor asfixiante de los plásticos, sólo se ve a trabajadores magrebíes y senegaleses, que acuden a su faena en bicicleta. ¿Por qué ésos no quieren a éstos, si los inmigrantes enriquecen a los autóctonos día a día? ¿No es una paradoja mayúscula?

Pedaleando entre los plásticos de El Ejido. Julián Rojas. elpais.com.

Muchos políticos populistas se declaran cristianos y propugnan una Europa cristiana y, sin embargo, sus programas distan mucho de la doctrina de Jesús, que rebosa amor al prójimo, caridad y solidaridad. ¿Hipocresía? ¿Cinismo?

Salvini visita el Santo Sepulcro. msn.com.

El nivel de corrupción política y económica fue muy superior en tiempos de Alfonso XIII y la Dictadura de Primo de Rivera, con un caciquismo exacerbado, al de estos años recientes. En el período franquista, muchos lo vivimos desde dentro
y lo sabemos bien, se alcanzaron cotas increíbles de podredumbre política, económica y social y de represión feroz. Un dictador, para perpetuarse, utiliza represalias brutales contra sus opositores, infunde miedo y temor en la población y chantajea a sus partidarios enmarañándoles en mil corruptelas. Vargas Llosa, en La fiesta del chivo, describe magistralmente este proceder, idéntico al de Franco, del tirano Trujillo en la República Dominicana, en el poder de 1930 a 1961.
¿Cómo vivían en aquella época los padres y abuelos de los votantes de la actual ultraderecha española? En el centro de Madrid, a 100 metros de mi colegio, colindante con los Nuevos Ministerios, había chabolas. Andalucía y Extremadura se despoblaban inundando la periferia de las grandes capitales de familias humildes buscándose el sustento. Muchas otras debían emigrar al extranjero para huir de la miseria. ¿Cómo alguien puede propugnar aquella etapa como ejemplo?

Remedando a Hanif Kureishi, ¿queremos vivir en un lugar libre, cosmopolita e internacionalista o queremos un país basado en la nostalgia de los ideales y principios perdidos de un Imperio en el que se vivía, no nos engañemos y seamos realistas, mucho peor que aquí y ahora?


4 comentarios:

  1. Realmente la población de todo el mundoa quedado mudo ante el miedo y temor en que diran que hablen por sus libres palabras de todas las naciones pueblos culturas partidos socios (a)s grupos secretos organizaciones siviles etnias pobres ,ricos realmente nunca antes visto ante y sobre ustedes la razón de vivir recordar que este mundo es una escuela de revelar propias palabras de nuestro corazón a todos somos más importantes que cualquier pedazo de oro somos más que humanos tenemos nuestra fuerza interna para cambiar un mundo metido en una canoa sin sentido la despertar que acaso los papales te servirán para siempre suele viento se los lleva y los desaparece en el horizonte en la misma tierra todo es vanidad y simples baratijas pierden valor pero el vavalor más importante es quienes somos por dentro realmente todos somos uno y uno somos todo la vida te da la gran libertad de pensar propiamente con o sin albedrío ser,uno capas de brincar el obstáculo del pensamiento momento de ser uno i observar cual rumbo queremos todos libertad las cosas cambiarán prontamente y descubrir la razón de estar aquí

    ResponderEliminar
  2. Suscribo de la A a la Z, sin más comentario.

    ResponderEliminar
  3. Una buena que rezuma sentido común...
    Felicidades Julio por tu buen hacer...

    ResponderEliminar
  4. Jode. Julio cada vez nos parecemos más en lo político y lo social. Te doy las gracias por expresar tan magnificamente mis sentimientos.

    ResponderEliminar

Los comentarios de este blog están sujetos a moderación. No serán visibles hasta que el administrador los valide. Muchas gracias por su participación.