Hasta
luego
Julio
Sánchez Mingo
Era
la más castiza de los doce hermanos. Fue la mejor amiga de mi madre.
Trabajó duramente para su familia y se sacrificó lo indecible por
sus hijas. Tenía una memoria prodigiosa. Era muy activa y le
encantaba recorrer las calles de Madrid. Estaba orgullosa de su nieta
y de sus bisnietas. Era una devoradora de caramelos, aunque no creo
que haya podido disfrutar de los últimos que le traje de Turín, al
menos no de todos. Afrontó la ancianidad con espíritu y buen humor
y decía que se vivía demasiado tiempo, demasiados años. Hasta el
último momento conservó la lucidez y una excelente forma física,
si consideramos los 98 años que tenía. Le gustaba mucho la
conversación y era muy sociable. Cenamos juntos la última
Nochebuena, charlando animadamente. Con ella hemos perdido un
documentadísimo archivo viviente en lo tocante a la familia y a
Madrid.
Bellísima
persona. Compartimos muchos momentos, buenos y malos. Para mí, una
pérdida irreparable.
Estoy completamente de acuerdo. Y además, para mí, tu sobrina, inteligente, divertida, alegre y, sobre todo, independiente. Todo mi amor, tía Paz.
ResponderEliminarBueno, realmente no se ha ido del todo, porque vive en el corazón y en el pensamiento de todos los que la queremos de verdad. Muchas gracias, querido primo Julio.
ResponderEliminarTu prima que te quiere,
Juli
Por la parte que me toca, si me tengo que morir antes quiero que alguien escriba algo tan bonito…
ResponderEliminarMe vas a decir que me falta una coma.
ResponderEliminarEn http://joseluismingo.blogspot.com.es/2018/01/762-maria-paz-mingo-alsina.html?m=1, blog de mi primo José Luis Mingo Zapatero, hay unas sentidas líneas dedicadas a nuestra tía Paz.
ResponderEliminarMuchas gracias, José Luis.