Primavera
Julio Sánchez Mingo
A mi amigo Jesús
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10 de marzo de 2025. Quercus robur. J. S. M. |
No cesa de llover y hace frío. A estas alturas, la primavera, en alguna de sus manifestaciones, ya debería haber hecho acto de presencia. Otros años, por estas fechas, las flores de los olmos siberianos, tan abundantes en Madrid, ya han germinado y para mediados de marzo han cubierto las calles con sus semillas voladoras, las sámaras, que les permiten ser tan prolíficos. De una grieta entre dos baldosas del pavimento de una acera, surge un brinzal, que en unos meses se convertirá en un arbolito. Es la fuerza de la naturaleza.
Estos días, en que el tiempo soleado y más cálido se retrasa, estoy muy atento a mis últimas plantaciones.
A mediados de enero procedí a trasplantar a macetas mayores aquellos ejemplares que probablemente serán el canto del cisne de mi gran afición, desarrollada a lo largo de toda una vida, los árboles. Lamentablemente, una encina, para adquirir una talla considerable, requiere muchos años. Lo mismo que un roble. Aunque yo llegara a centenario, ya no hay tiempo suficiente para que pueda disfrutar del porte notable de mis últimas siembras de bellotas recolectadas en el Retiro. Las de encina, recogidas junto al Observatorio Meteorológico, y las de roble carballo, fruto del magnífico ejemplar cercano al ángulo noroeste del estanque grande. Uno de los dos robles que cuido muestra ya unas hermosas yemas a punto de estallar. Al olmo, que apareció a raíz desnuda en la terraza de mi cuarto de estar, arrancado de la maceta donde brotó por algún vecino de las plantas superiores, le apuntan levemente unas minúsculas hojitas. Y la encina, la joya de la corona, se mantiene, sin inmutarse, en su fase invernal. Pero, de la estaca de pumila que le puse como tutor, asoman unos renuevos primaverales. Parece que dijeran que ya está bien, que la primavera, aunque bien regada y verde, se tiene que imponer.
Entre nosotros son muy populares los dichos: Marzo ventoso y abril lluvioso, traen a mayo florido y hermoso y En abril, aguas mil, que la climatología de este año parece desmentir.