11 noviembre 2022

Solicite cita previa

Julio Sánchez Mingo

 


Siempre que acudía a una dependencia oficial para realizar una gestión, Mariano José de Larra era acogido con la frase “Vuelva usted mañana” que inmortalizó en el homónimo artículo publicado en enero de 1833, en Madrid, en el número 11 de El Pobrecito Hablador. Revista Satírica de Costumbres el bachiller don Juan Pérez de Munguía (uno de los seudónimos con los que firmaba sus escritos). En breve hará la friolera de ciento noventa años. Lamentablemente, a pesar del tiempo transcurrido, de los avances tecnológicos que se han ido sucediendo, la historia se repite. Ahora nadie nos recibe con la frasecita de marras, pero en todas partes nos dicen, informan o aparece un cartel con la fatídica expresión Solicite cita previa. Para realizar cualquier papeleo, aunque sea el más trivial, nos obligan a pedir cita previa, algo que prolonga cualquier procedimiento una infinitud. En diciembre de 2019, en el consulado de España en Ciudad de México, la espera para una simple renovación de pasaporte se dilataba más de seis meses y la inscripción de un recién nacido tres semanas. Casi un mes con un niño inexistente para la sociedad, ¡qué irresponsabilidad institucional!

En muchas ocasiones, obtener una cita previa es una heroicidad, pues hay cupos limitados. Pregunten a los usuarios del Servicio Público de Empleo Estatal, el inaccesible SEPE.

Por otra parte, trámites sencillos que podrían hacerse fácimente por teléfono o Internet, como pedir la tarjeta de mayores del ayuntamiento de Madrid, han de realizarse por fuerza de forma presencial ¡solicitando cita previa!

¿Por qué motivo se ha extendido tanto este diabólico sistema? ¿Incompetencia de los responsables de las administraciones públicas, mala planificación, falta de personal, falta de medios, mala organización? ¿Voluntad de eliminar moscones indeseados? ¿No es ofensivo, una tomadura de pelo, que tras días de espera con cita previa asignada, un funcionario cruzado de brazos te atienda denotando, que eres el primero en serlo en un buen rato, y que no hay nadie detrás aguardando, ¡para una diligencia de un minuto!? Situación que he sufrido en los últimos tiempos en la Secretaría General del Tesoro, en el paseo del Prado, y en el registro de la Consejería de Economía y Hacienda de la Comunidad de Madrid, de la calle Ramírez de Prado. Eso sí, en la puerta siempre los consabidos vigilantes de seguridad de actitud desabrida: ¿Qué quiere?, ante los que hay que explicarse, para pasar a continuación por la radiación electromagnética del arco detector de metales, depositando previamente llaves, monedas y teléfono móvil en el escáner de turno, que funciona con rayos X.

Desde luego todo ello manifiesta una falta absoluta de respeto al ciudadano, al cliente, al que nunca se trata de facilitar la vida. También muestra un tanto de prepotencia institucional.

Ahora que tanto se habla de la baja productividad del país frente a los socios europeos, ¿ninguna lúcida mente pensante, de esas que tanto abundan en las cúpulas de gobierno, se ha parado a pensar el dinero que se pierde por los retrasos acumulados y el tiempo desperdiciado en cualquier nimia formalidad, con lo que todo ello detrae al PIB?

El sistema es tan perverso que muchas veces el interesado no se presenta a una cita concertada con anterioridad, lo que redunda en una colosal demora para otras personas que han de aguardar lo indecible.

Ciento noventa años después, a pesar de los avances tecnológicos, de las bases de datos interconectadas, de unos sistemas de comunicación y de transporte mucho más eficientes, ¡seguimos igual!


PD. Lo previo, en puridad, es la solicitud, no la cita. Decir solicitud de cita previa no es muy correcto.

3 comentarios:

  1. Caminamos sin no se remedia a la autogestión institucional y privada. Es por ello la perversa administración y la empresa privada cada vez más aplican el "Juan Palomo tú te lo guisas, tú te lo comes". Nos llevan a la desesperación para conseguir cerrar toda atencion personal.

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  2. La atención personal es un sentido poco vivo para la convivencia humana. Hemos votado a unos individuos que pertenecen a un grupo social llamado partido, es un concepto muy primitivo y muy cercano a la septa mafiosa.
    Que Dios nos proteja y la educación retome nuevas formas de vida. FFL.

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  3. ¡Qué bien descrita la dura realidad de nuestra sociedad! Vergondos A de cabo a rabo.

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