11 agosto 2017


YO SOLO SOY UN NIÑO

Matilde Bueno Aguado





1 NIÑO

Niño era solamente un niño.
Cuando alguien le preguntaba: “¿Tú cómo te llamas, chaval?”
- Me llamo NIÑO.
Eso si contestaba. Y si podía, hacía como que no había oído. “Sordo, seguro que es sordo”.
“Y a ti que te zurzan”. Solo que no lo decía. Lo que más le gustaba era lo que nunca decía.
Para mamá siempre era mi niño. “¿Has visto qué guapo es mi niño? ¿Sabes que quiere ser bombero?”
Todavía notaba ese escozor en los ojos cuando pensaba en MAMÁ. Siempre.



2 BOMBERO

Lo primero que llama la atención de Bombero son los ojos. Y eso que todo él es atractivo: las piernas tan largas, la sonrisa franca, su aire indolente. Pero sobre todo los ojos color de miel.
- Y tú, chaval, ¿cómo no estás en la escuela?
No era la primera vez que veía a ese niño. Debía vivir cerca porque cruzaba el Parque de Bomberos por allí y a menudo siguiendo a un pájaro rarísimo.
A Bombero le gustaban los niños. Y éste, además de gustarle, le intrigaba.
- A ver, estoy esperando tu respuesta.
El que Bombero le hablara era algo tan emocionante que ni siquiera buscó una excusa.
- Me escapé.
- Lo haces con frecuencia. Te he visto muchas veces.
- ¿TÚ me has visto?
- Sí. Y también a un pájaro muy feo que va contigo.
- No es feo. Es un Ave del Paraíso. Y me quiere.
- Lo entiendo; pero cuéntame por qué te escapas.
- Porque me aburro y porque huele a borrego el colegio. El campo si que huele rico, menuda diferencia.
- Y si no estudias, ¿qué serás de mayor?
- Seré bombero como tú.
- ¡Vaya sorpresa! Quieres ser bombero pero no te interesa estudiar.
- Claro.
- Pues fíjate en mí. Yo tuve que ir muchos años al cole antes de dedicarme a lo que me gustaba.
Niño le mira pensativo.
- ¿De vedad?
- De la buena.
- Vale, pues… a lo mejor estudio. Pero ¿me dejas ser tu amigo?
- Ya soy tu amigo. ¿Quieres saber cómo me llamo?
- Ya lo sé. BOMBERO




3 MAMÁ

Tuvo un sueño precioso.
Paseaba por el bosque, rodeado de árboles altísimos. Olía a tomillo, a romero, a jara, a pino, a tierra mojada.
Encontró una casa acurrucada contra el tronco de un árbol hueco. Y de la casa salió MAMÁ.
Cuando lo abrazó, era tan suave y olía tan bien como NIÑO la recordaba. Pero su sonrisa aún más dulce.
La besó muchas veces. No se cansaba de besarla ni ella de sonreírle. Sin palabras. Solo queriéndose.




4 NEGRO

Mientras caminaba no iba triste porque aún estaba lleno de MAMÁ.
Se cruzó con un Negro de esos que dicen que llegan de muy lejos, en unos barcos que llaman pateras y que, según cuentan, a veces ni llegan, porque se quedan en el mar hasta morirse de frío.
Y piensa que antes de morir también soñarán con ver a su madre y con que les besa y les sonríe.
Por eso, cuando se cruzó con el Negro le dio la sonrisa más bonita que guardaba y el negro le contestó con su sonrisa más blanca.
Aquel día había sido maravilloso para él y hubiera querido compartirlo. Se rebuscó en el bolsillo para ver si tenía algo que ofrecerle. Sus bolsillos estaban vacíos, como siempre.
El Negro le pasó la mano por el pelo y le preguntó algo. Pero en un idioma muy raro que no entendía. Quizás fuera lo mismo que le preguntaba todo el mundo y, por si acaso, respondió:
- Me llamo Niño.
El negro dijo entonces:
- Adiós, Niño. Te quiero Niño.
Y Niño contestó:
- Adiós Negro. Te quiero, Negro.




5 CHICA

Chica lloraba y lloraba. Tenía un moratón debajo del ojo.
- ¿Qué te han hecho, Chica?
- Era un mal nacido.
- ¿Y por qué vas siempre con esos hombres tan malos?
- No parecen malos al principio. Y luego, ya ves.
La mira sin saber qué contestar. Está preciosa. El pelo rubio y lacio recogido en la nuca y los ojos casi iguales que los de Niño. Azules. Azules y con todo el firmamento dentro.
- Es que estoy muy sola. Y necesito que me quieran.
- Yo te quiero.
- Y yo a ti. Pero tú no lo entiendes. Sólo eres un niño.
Rebusca en su cabeza qué puede decir. Ella tiene razón. Sólo es un niño.
- Después de Mamá tú eres la chica más preciosa que he visto en mi vida. Y te pareces a ella. Muchísimo. Tan preciosa como ella.
Siempre le dice cosas como esa. Sólo es un niño.
- Quisiera ser mayor para poder casarme contigo. Cuando sea mayor voy a casarme contigo, si tú quieres.
- Ojalá… Cuando tu seas mayor yo seré casi una ancianita. Ojalá fuera posible.
- Bueno, pero tú has de encontrar un buen hombre, ya lo verás.
Ella sonríe y callan luego. Es un silencio bonito, de los que les gusta a los dos. Hasta que lo rompe Niño.
- ¿Esta casa es tuya?
- Sí. Era de mi abuela y ahora es mía. Es lo único que tengo.
Están sentados en un banco de piedra adosado a la pared. Tienen delante los refrescos de limón que siempre le prepara Chica. Nadie los hace como ella.
- ¿Por qué nunca veo a tu madre?
- Porque no tengo madre.
- Todo el mundo tiene madre. Si no se ha muerto, como la mía.
- Yo no.
Después de una pausa muy larga. Pensativo:
- ¿Y tu padre?
- No tengo padre. Ya lo sabes. No tengo a nadie. Sólo tenía a mi abuela. Y ahora tampoco.
Niño se abraza a ella mucho rato. Y luego, bajito:
- Pero me tienes a mí.




6 AVE

La naturaleza era su amiga. Siempre. Los árboles sus amigos. A ellos les contaba secretos y ello oían y callaban.
Y también se los contaba a Ave.
Decían que era fea, que perdía plumas y ensuciaba todo. No le importaba. Era su amiga y la quería.
Y ella también lo quería. Se sentía importante cuando la llamaba Ave del Paraíso.
- ¿Que por qué del Paraíso? Pero tonta, ¿no te vi bajar del cielo? Pues eso.
Sólo le fastidiaba su manía de andar un metro por delante de él.
- ¡Qué te va a pillar un coche, so tonta!
Y como si nada.
A ella le contó lo de padre un día que estaba muy triste.




7 PADRE

- Padre no es malo ¿sabes? Qué va, no es nada malo. A Mamá la cuidaba muy bien hasta que nos dejó. Pero luego me traía a la pedorra. Claro, yo lo entiendo, es que el pobre está muy solo. Como yo. Pero bueno, yo sólo soy un niño.
Y un día va y me pregunta:
- ¿Te gusta mi amiga?
Y yo:
- No.
Y él:
- ¿Por qué?
Y yo:
- Porque es una pedorra y además con las tetas gordas.
Y él venga a reírse.
- ¿Y qué tienen de malo las tetas gordas?
- No sé, a mi no me gustan. Si acaso un poco, como Mamá.
Ahí se puso más serio.
- Bueno, hijo, déjalo.
Pero él no lo dejó y un día aparecieron los dos muy contentos y ella venga a pavonearse y a hacerse la simpática.
- Ven aquí, hijito. ¿Te gusta mi traje?
Era horroroso, pero ¿qué iba a decirle?
- Sí, señora.
- Mamá. Ahora has de llamarme mamá.
- Sí señora.
- ¿No me oyes, monín? A mí has de llamarme mamá.
- Si señora.
- Pero bueno ¿este niño es tonto o se lo hace?
Y padre:
- Déjalo, mujer, ya se acostumbrará. Es que es muy suyo.
Yo no sabía qué era ser muy suyo, pero como sirvió para que me dejara en paz la pedorra, me gustó.
Y desde entonces, cuando algo no me interesa, digo:
- Yo es que soy muy suyo.




8 CHISPAS

Cuando él llego a la casa, Chica tendía la ropa de unas cuerdas. Ella no lo sabía, pero ¡qué bonita estaba!
La mirada embobada de bombero la hizo sonreír.
- ¿Sucede algo?
- ¿Es aquí donde venden fuego?
Lo contempla pasmada:
- ¿Cómo dices?
Y él, despierta.
- Perdona. Recibí el aviso de que aquí había fuego. Como ves soy bombero.
- Pues no, mira, de momento aquí ni hay fuego ni se vende nada. Creo que alguien te ha gastado una broma.
- No sé. En realidad fue una llamada muy extraña y brevísima. Un niño excitado que sólo gritó estas señas y añadió: “¡rápido, rápido!”.
Una luz se enciende en el cerebro de Chica. La misma que brilla en sus ojos. Y en los de él.
Porque cuanto más se miran menos entienden lo que está pasando.
Los ojos azules se han quedado atrapados en los ojos dorados. Y ha saltado la chispa.
¿Qué le ocurre a Chica?
¿Y qué le ocurre a Bombero?




9 Capítulo final YO


Hay una calle conocida.
Hay un bombero novato que no sabe que detrás del pajarraco siempre corre un niño.
Hay un frenazo. Gritos. Y un ave que vuela hacia el Paraiso.

Al escuchar el frenazo pego un salto que me arroja de la cama.
Pero no era un frenazo. Era el despertador, sobre la mesilla, que me arrancaba del sueño.
Y lamento que nunca conoceré el final de esta historia.



Julia Sánchez Tijero (detalle)











3 comentarios:

  1. Sensibilidad, imaginación y una gran capacidad de narrar la de Matilde Bueno. Sin retórica, con el alma y el corazón vibrantes de emoción. Me ha encantado.

    ResponderEliminar
  2. Me gusta la sencillez de NIÑO y el encuentro entre personas en medio de una realidad cotidiana.

    ResponderEliminar
  3. Sensibilidad y ternura definen a niño y la mirada que reposa en las cosas . El amor es la luz con las que niño ilumina todos los espacios y las personas. Me encanta

    ResponderEliminar

Los comentarios de este blog están sujetos a moderación. No serán visibles hasta que el administrador los valide. Muchas gracias por su participación.