¿Hasta cuándo?
Julio Sánchez Mingo
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2025-03-17. Anadolu. |
Hace pocos días me escribía una sionista desde Argentina.
No podía admitir que yo dijera en mi artículo La fiera humana: “… ¿Por qué esos comportamientos atroces del ser humano? ¿Por qué esos cambios tan radicales, de ser víctimas a ser verdugos, como en el caso de los judíos, que, de sufrir el asesinato de millones de ellos a manos de los nazis durante la II Guerra Mundial, han pasado a masacrar en los últimos meses a los palestinos, acabando con la vida de casi 50.000 de ellos, gran parte mujeres y niños, y arrasando sus poblaciones? ¿Qué despierta ese instinto de fiera en el hombre? …”.
Claramente, no había leído mi texto anterior La foto, donde yo había desarrollado más ampliamente mi opinión sobre el conflicto palestino israelí.
En su mensaje me insultaba y enumeraba una serie de argumentos a favor del sionismo y del exterminio del pueblo palestino que, a cualquier persona razonable y de bien, horrorizarían. Sus ideas y palabras rezumaban odio, deseo de venganza, intransigencia, fanatismo, cerrazón mental, irracionalidad, victimismo, prepotencia, visceralidad, racismo, ignorancia, crueldad, incultura, nacionalismo, supremacismo, impiedad, inclemencia, insensibilidad, egocentrismo, resentimiento, revanchismo, maldad, amén de presentar contradicciones e incoherencias varias, tergiversando y falseando la realidad. Como hubieran dolido y espantado a Primo Levi, judío sefardí, ciudadano italiano, superviviente de la monstruosidad de Auschwitz Monowitz-Buna, que escribió en su día que no podía perdonar a los nazis pero que, a pesar de todo, no los odiaba.
La madrugada de este pasado martes 17 de marzo, rompiendo el alto el fuego pactado, el ejercito israelí atacó y mató a más de cuatrocientas personas. Es lo que defiende y apoya mi interlocutora. Su respaldo y soporte, y el de otros como ella, más tantos intereses espurios, dan alas a los extremistas que ostentan el poder en Israel.