13 abril 2018


La rubia del máster
Sainete moderno en dos escenas

Julio Sánchez Mingo

Personajes: La rubia, el catedrático y su ayudante.

Escena I. En el despacho del catedrático.

Buenos días, profesor.
¿Cómo estás, encanto?
Liada. Ya sabes lo que son estos carguitos. Aquí en la universidad vivís muy bien.
No nos podemos quejar. Eso sí, se nos acumula mucho trabajo. Desde que descubrimos lo de los másteres, qué mal suena en español, no paramos. Pero es un gran invento. La universidad saca tajada y los profesores trincamos unos sobresueldos cojonudos. Todo a costa de esos pringaos de estudiantes que por un papelito de mierda pagan miles de euros. Y las empresas tragan contratando a esos ignorantes. Pero hay que aprovechar la situación.
Pues yo estaba pensando hacerme uno de los tuyos. Cuando deje la política me gustaría dar clases en la universidad y necesito currículum. Pero se me ha pasado la fecha de matrícula ¡tres meses!
No te preocupes. Yo te lo arreglo todo para que lo hagas, incluso en este curso.
¿De verdad?
Pues claro.
Pero no tengo tiempo ni para ir a clase ni para nada. Supongo que algo habrá que hacer, algo habrá que estudiar, que leer. Y encima con los trabajitos que hay que presentar.
No seas agonías. No hace falta ni que vengas a clase ni que hagas nada. Yo me encargo de todo. Le diré a algunos de mis esbirros que firmen actas y papeleo y listo. Dile a tu secretaria que llame a la mía y entre ellas lo apañan y lo arreglan sin que te enteres.
Así lo haré. No sabes cuánto te lo agradezco. Te debo un favor gordísimo.
No te creas, que me lo pienso cobrar.


Escena II. En el despacho del catedrático.

¿Ya se ha ido esa bruja, rubia de bote?
Sí, ya se ha ido.
La tengo atragantada, no la soporto. Tan prepotente y tan digna y suficiente.
Hombre, tampoco es para tanto.
Desde que fui a Extranjería, en la antigua cárcel, a que la moldava que cuidaba de mi madre pusiera las huellas en su NIE, no la puedo ni ver. A los inmigrantes que acuden allí les dan un trato indigno, vejatorio, vergonzoso. Haciendo colas, a la intemperie, como en un campo de concentración. Y eso que van con cita previa. ¡Mi pobre moldava, recién salida de la operación y la quimio de un cáncer de mama, con el brazo en cabestrillo, todo hinchado! Cuando entramos, un tipo malencarado me espetó directamente: —¿Tú, qué quieres?—. No dio ni los buenos días. Y no será porque esos desgraciados no pagan un dineral en tasas. Menudo negocio hace la Administración con ellos. Ya sabes que ella, por su cargo, es la responsable de todo aquello, ¿no?



6 comentarios:

  1. Aunque la mona se vista de seda...

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  2. Hermosa sátira llena de ironía comparable a muchos casos que todos tenemos in mente. Ya se sabe: a buen entendedor pocas palabras bastan.

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  3. Lamentable,pero absolutamente real.

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  4. El supermercado de títulos del director del máster de Cifuentes.

    https://politica.elpais.com/politica/2018/04/20/actualidad/1524254913_138294.html

    Muy interesante artículo sobre la podedumbre de ciertos responsables universitarios y los engaños en las titulaciones ofrecidas.

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  5. Un final de sainete, con tintes mafiosos propios de las cloacas de la sociedad y la Administración, para una persona que ha hecho mucho daño a los enfermos y al personal sanitario, a los estudiantes y profesores honrados, a los inmigrantes...

    Curiosa patología la del personaje. Robar unas cremas teniendo buenos sueldo y posición.

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  6. Es increíble vaya con la señora

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