26 mayo 2017

Una joya botánica cercana a Madrid


Julio Sánchez Mingo

Fotografías del autor, excepto la que abre este artículo ilustrado, obra de César Rodríguez

Mayo 2017


C.R.

Gracias a una querida amiga y compañera, geógrafa, redactora del Atlas Nacional de España, supe de la existencia de la App IGN Mapas de España, del Instituto Geográfico Nacional. Esta aplicación para teléfonos inteligentes, basada en Oruxmaps, permite visualizar en línea los mapas topográficos de España, hasta la escala 1:25.000, así como su descarga para un posterior uso sin conexión de datos. De esta forma, tanto con cobertura como sin ella, con saldo de datos móviles o sin él, en mitad de la naturaleza, podemos fijar, sobre el correspondiente mapa, nuestra posición y seguir cualquier camino delineado o una ruta predefinida mediante waypoints.

Ello me permitió descubrir un PR, sendero de pequeño recorrido, que, partiendo de una pequeña localidad del valle del Lozoya, alcanza el cordal de los Montes Carpetanos. Sigue el tradicional camino que, desde esa población, iba hasta Segovia, cruzando la crestería por un puerto de montaña en desuso.


Todas las semanas hago, al menos, una excursión por la Sierra, siempre en buena compañía.
A mis acompañantes, agradecimiento y disculpas por soportar, con infinita paciencia, el tiempo que tomo haciendo fotografías.
Para afrontar las cuestas con mayor energía, siempre nos regalamos un buen desayuno antes de comenzar a caminar.


El pasado 10 de mayo decidimos seguir ese sendero, al igual que, en una segunda ocasión, el día de San Isidro, 15 de mayo.
En esta época del año el valle del Lozoya está precioso. Los prados están completamente verdes, plagados de vacas que no han sido conducidas todavía a las alturas para el estiaje. Los fresnos del llano ya han echado las hojas, al igual que los robles de las laderas situados a menor altitud y en orientaciones menos expuestas al frío y al viento. Los brotes del resto de los rebollos ya asoman y su color verde amarillento contrasta fuertemente con el verde intenso de los pinos silvestres, que dominan el bosque por encima de los 1.600 m.




Lamentablemente, las heladas tardías de finales de abril, posteriores a los calores veraniegos de Semana Santa, han quemado las yemas de muchos ejemplares, según se puede apreciar en la imagen siguiente.


Yo esperaba encontrar y atravesar un robledal joven, de rebollos, - Quercus pyrenaica, también llamados melojos, del latín malum folium, mala hoja - , como tantos que salpican la sierra de Guadarrama. Mi sorpresa fue mayúscula al hallar ejemplares centenarios de esta especie, de gran porte, muy bien conservados, con un sotobosque rico y variado. Una verdadera joya botánica muy cercana a Madrid.
El origen del vocablo Quercus es celta y significa árbol hermoso. Por algo será.













El camino está casi totalmente invadido por la vegetación, desaparecido en la mayor parte del recorrido. Sólo gracias a la aplicación del IGN es posible seguir su antiguo trazado. No avistamos a ningún humano en las dos jornadas realizadas, pero, eso sí, un jabalí cada día.
Fotografié un mimetizado batracio.


El espectáculo de la naturaleza allí, ahora, en mayo, es emocionante.
Los pájaros trinan desaforados. Por encima de todos destaca el canto del cuco. Hay flores por todas partes y abundancia de mariposas, índice de aire limpio, pero con presencia de pocas variedades.
Estamos en la estación primaveral.












El cortejo arbóreo del rebollo incluye acebos, de tamaño reducido, algún avellano y unos pocos enebros rastreros.






Es de destacar la abundancia de majuelos, espinos, rosales silvestres - escaramujos - y zarzas, que, a partir de una cierta altitud, forman una barrera impenetrable que nos impidió llegar al pinar que precede al cordal de esta parte de la Sierra y obligó a renunciar a nuestro objetivo de alcanzarlo, para poder disfrutar de la relajante panorámica de la llanura de las tierras segovianas.


Las lluvias caídas entre las dos excursiones han propiciado la aparición de gran cantidad y variedad de setas.




No quiero desvelar la ubicación de este paraíso, esta joya de la naturaleza.
La afluencia extrema daña los entornos delicados, que mueren de éxito, como está sucediendo con muchos lugares del Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama.
Por ejemplo, el sendero desde la fuente de La Campanilla hasta el collado del Piornal se ha erosionado y deteriorado hasta límites alarmantes, dada su cercanía a la entrada por el valle de la Barranca, cuyos aparcamientos se colapsan los fines de semana. Incluso la propia Administración, según publica la página web del parque, desaconseja realizar el camino a la laguna de Los Pájaros, tan fácilmente accesible desde el estacionamiento del puerto de Cotos, que también se satura sábados y domingos.

Lectura recomendada: Juan Ruiz de la Torre. Árboles y arbustos de la España Peninsular. Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Montes. Madrid 1971, pp. 232-236.




1 comentario:

  1. Pistas para situar el camino:
    El sendero es el PR-M-XX, donde XX es el año de nacimiento del cirujano cardíaco cofundador de la clínica del barrio de Perón, que parte de un villorrio con nombre de pequeño cerro aislado que domina un llano.

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